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La memoria novelada III

Memoria transnacional y anhelos de justicia

by Juan Carlos Cruz Suárez (Volume editor) Hans Lauge Hansen (Volume editor) Antolín Sánchez Cuervo (Volume editor)
©2015 Conference proceedings 381 Pages
Series: Perspectivas Hispánicas, Volume 38

Summary

El presente libro cierra una serie de tres volúmenes encaminados a profundizar en distintos aspectos de la narrativa española memorialista. Si bien en los dos primeros hacíamos hincapié en los rasgos formales y técnicas narrativas empleadas para abordar este asunto, este último volumen se imprime desde una mayor dimensión de análisis político y moral. Cabe preguntarse, dada esta perspectiva, cómo puede la literatura influir en la realidad e incluso transformarla, o hasta dónde pueden llegar el escritor y el crítico mediante el ejercicio responsable de su profesión. Se trata sin duda de preguntas de difícil respuesta. En las páginas que contiene este volumen intentamos dar respuesta a esas preguntas a través de una serie de artículos inclinados sobre temas como la memoria transnacional, memoria y ética, exilio y memoria o la memoria como un deber inalinable en aquellas sociedades con pasado conflictivo.

Table Of Contents

  • Cubierta
  • Título
  • Copyright
  • Sobre el Editors
  • Sobre el Libro
  • Esta edición en formato eBook puede ser citada
  • Índice
  • Agradecimientos
  • Introducción: Antolín Sánchez Cuervo
  • Parte I: Entre la memoria politizada y la memoria literaria
  • Memoria y construcción política: Reyes Mate
  • Obras citadas
  • Actos afiliativos, postmemoria y justicia, o ¿qué pintamos los críticos literarios en los estudios de la memoria? Reflexiones sobre el caso español: Sebastiaan Faber
  • Hansen: La ficción como espacio de reflexión
  • Gómez López-Quiñones: La ficción como consumo y compensación
  • Labrador: La poesía como resistencia
  • ¿Para quién y para qué escribimos?
  • Obras citadas
  • Parte II: Literatura y deber de memoria
  • Concienciación histórica, imágenes dialécticas, mesianismo, y la memoria transtemporal de los objetos. Nuevos conceptos de Historia en la novela actual: Ulrich Winter
  • I. Memoria histórica: Política del presente y epistemología del pasado
  • II. “Historicismo” y “materialismo histórico” —dos conceptos de Historia—
  • III. La imagen dialéctica y la memoria transtemporal de los objetos
  • IV. Mensajeros del pasado
  • V. Del relato a la imagen (conclusiones)
  • Obras citadas
  • Jorge Semprún y las dos memorias de la cultura antifranquista militante: Pablo Sãnchez León
  • I
  • II
  • III
  • IV
  • V
  • VI
  • Obras citadas
  • Ayer no más de Andrés Trapiello: demandas de justicia, enigmas de ficción, tensiones de nuestro tiempo: Ana Bungård
  • I
  • II
  • III
  • Obras citadas
  • Dos legitimidades en colisión: ideología y literatura: Jordi García
  • Obras citadas
  • Parte III: Literatura y memoria transnacional
  • Formas globales e historias locales. Influencias transnacionales en la narrativa actual sobre la guerra civil: Hans Lauge Hansen
  • Novela y memoria cultural
  • Procesos multidireccionales de memoria
  • El testimonio transnacional
  • Novelas de memoria transnacional
  • La mirada transnacional de la literatura actual
  • Modos de narrar e influencia transnacional
  • Modos narrativos
  • Modos ético-políticos
  • La influencia transnacional en los modos de rememoración
  • Conclusiones
  • Obras citadas
  • ¿Hacia una memoria transcultural? Reflexiones acerca de la narrativa memorialista española actual: Claudia Jünke
  • Introducción
  • Demarcando el campo: La memoria transcultural y su análisis
  • La dimensión metodológica: lo transcultural como perspectiva de investigación
  • La dimensión textual: Lo transcultural como cualidad literaria
  • La dimensión contextual: Lo transcultural como discurso ético social
  • La memoria transcultural y Soldados de Salamina (2001)
  • La dimensión metodológica: De la Guerra Civil española a la Segunda Guerra Mundial
  • La dimensión textual: Dos imágenes icónicas
  • La dimensión contextual: El deber de la memoria
  • Conclusión
  • Obras citadas
  • Entre el elogio y el rechazo. El potencial poético de Mágina: Lasse-Emil Paulsen
  • 1. La globalización de la memoria española y el desarrollo de la novela de memoria
  • 2. Antonio Muñoz Molina y el horizonte global
  • 3. Viento de la luna: el rechazo del lugar local
  • 4. Cambio de focalización: inversión de lugares
  • 5. Un sentido global del lugar: ¿hacia una literatura glocal?
  • Obras citadas
  • Literatura y memoria RAM. Apuntes para un estudio de la memoria social en un marco global: Juan Carlos Cruz Suárez
  • Marco teórico
  • Memorias confluyentes-RAM y globalización
  • Hacia una ética universal
  • Núcleos de memoria en una memoria confluyente. Litemas y lisemas
  • Litemas
  • Lisemas
  • Litemas, lisemas e historización narrativa
  • Un ejemplo de análisis comparativo transestatal: el litema justicia en El desierto (2005) de Carlos Franz y La voz dormida (2002) de Dulce Chacón
  • Obras citadas
  • Parte IV: La memoria en escena
  • El arte memorialista como generador de presencia: ejercitando la emancipación: Diana González Martín
  • El potencial transformador de la literatura: el eme emautσ
  • La inclusión del lector en El vano ayer, ejemplo de arte presentacional
  • Haciendo presente al otro para integrarlo: El vano ayer y La fragilidad de la memoria generadores de la presencia del receptor
  • La conjunción de lo local y lo global mediante la producción de presencia
  • Obras citadas
  • El caso de los niños expropiados por el franquismo. Del documental a la ficción: Luz Celestina Souto
  • Los niños perdidos del franquismo como manifestación de un cambio
  • El relato historiográfico en Els Nens Perduts del Franquisme
  • España-Argentina. Un enfoque transnacional
  • Repercusión del documental
  • Revalorización de las voces de las mujeres republicanas
  • Conclusiones
  • Obras citadas
  • Filmografía citada
  • La memoria adaptada al cine. El caso de Los girasoles ciegos: José Manuel Ruiz Martínez
  • 1. Introducción
  • 2. La teoría de los polisistemas y la adaptación cinematográfica
  • 3. Los girasoles ciegos como adaptación cinematográfica
  • 4. Conclusiones
  • Obras citadas
  • Películas
  • Construyendo memorias e identidades: narrativas históricas (trans)nacionales y locales en museos de España: Zoé de Kerangat
  • Identidades nacionales y mitos históricos
  • Discursos de memoria en los museos
  • Memoria e identidad nacional en museos de España. El Museo del Ejército
  • El Museu d’Història de Catalunya
  • Lo (trans)nacional y lo local
  • Conclusiones
  • Obras citadas
  • Parte V: Memorias del exilio y la emigración
  • Españoles en el Infierno. Memoria multidireccional entre España, Chile y Argentina: Cristina Luz García Gutiérrez
  • España en el imaginario del exiliado/emigrado: de lugar de expulsión a arcadia feliz
  • España frente a las violaciones de los derechos humanos: de acusado a acusador
  • Obras citadas
  • Literatura vasca y emigración: la representación de AmÉrica en la narrativa vasca: María José Olaziregi
  • Literatura escrita en lengua vasca
  • Historias de exiliados
  • Obras citadas
  • La memoria de la segunda generación del exilio uruguayo en España: de la migración forzada al no retorno: Mariana Norandi
  • Introducción
  • La memoria del exilio de la segunda generación
  • a) La vida pre-exiliar en Uruguay
  • b) La llegada a España
  • c) La identidad y el sentido de pertenencia
  • d) Huellas de un pasado uruguayo
  • e) La biografía exiliar vista desde el presente
  • f) Los hijos de exiliados nacidos en España
  • Consideraciones finales
  • Entrevistas
  • Obras citadas
  • Identidad y memoria en un mundo móvil: percepciones de los inmigrantes rumanos en España: Silvia Marcu
  • Introducción y metodología
  • Construir el marco del análisis: identidad y memoria en un mundo móvil
  • Los rumanos en España: de la inmigración a la movilidad
  • “Somos memoria”
  • Transnacionalizar la identidad
  • De casa a casa: entre lo híbrido y lo cosmopolita
  • Conclusiones
  • Obras citadas

Introducción

ANTOLÍN SÁNCHEZ CUERVO
Instituto de Filosofía.
Consejo Superior de Investigaciones Científicas
(Madrid)

El presente volumen cierra la trilogía sobre memoria novelada en el contexto español, elaborada en el marco del proyecto de investigación La memoria novelada: la contribución de la literatura a la construcción de identidades culturales en España, dirigido por Hans Lauge Hansen durante los últimos años en la Universidad de Aarhus. Tras los dos primeros volúmenes, principalmente centrados en los laberintos de la narración1, el que ahora se presenta quiere acercar a esta última a los terrenos de la razón práctica. En aquellos volúmenes se debatían problemas de gran actualidad en la narrativa memorialista en general y en la de la guerra civil española en particular. Tales eran, entre otros, la creciente hibridación del género literario en su afán de verdad —no ya de veracidad—, la inagotable —y a veces aporética— tensión entre la ficción y el documento, o la delineación de espacios intermedios como los lugares de la memoria. Es decir, los que podían derivarse de la expresión de una memoria traumática. En el presente volumen, estos problemas obviamente no desaparecen ni se eluden, pero creo advertir que se subsumen bajo una nueva mirada, de mayor intención política y moral. De ahí la explícita alusión del título a los anhelos de justicia, los mismos que hacen de la actividad literaria —y de su análisis por parte de críticos, estudiosos y académicos, o simplemente del lector reflexivo y comprometido— una práctica cultural, pero también algo más. ← 11 | 12 →

“Anhelo de justicia” es, por cierto, una de las expresiones empleadas por el último Horkheimer para reivindicar el momento de verdad que, según él, se inscribe en la religión en tanto que negación de la injusticia del presente y rebelión contra ella; en tanto que crítica de la lógica autodestructiva a la que ha abocado la razón moderna y resistencia frente a la seducción de su poderosa industria cultural2. Obviamente, no es éste el momento ni el contexto oportuno para detenernos en el pensamiento de Horkheimer ni en el debate sobre el retorno de la religión que epígonos de la Teoría Crítica como Habermas han despertado en los últimos tiempos; pero sí puede resultar esclarecedora su explicación de ese anhelo en términos de un “inextinguible impulso, sostenido contra la realidad, de que ésta debe cambiar, que se rompa la maldición y abra paso la justicia”3; “la esperanza de que la injusticia que atraviesa este mundo no sea lo último, no tenga la última palabra”; o sencillamente, un anhelo “de que el verdugo no triunfe sobre la víctima inocente”. Desde un agnosticismo trágico e inconformista, Horkheimer reivindicaba el papel de la religión en el mundo actual como herencia material del proyecto crítico-emancipatorio de la Ilustración que se resiste a ser liquidado por la lógica dominante del capitalismo desarrollado. Si la religión o la teología no son figuras superadas del espíritu sin más, ello sólo podría deberse —diría por ejemplo en una entrevista de 1970 bajo el elocuente título de “El anhelo de lo totalmente Otro”— a que son la “conciencia de que este mundo es un fenómeno, que no es la verdad absoluta, que no es lo último”4, y que por tanto la injusticia que lo marca no es natural ni aceptable. Es decir, religión como crítica del fundamentalismo de la Ilustración por su recaída en los mitos del progreso, la raza o la razón instrumental, y como rebelión contrafáctica contra el poder brutal de los hechos y contra la inmanencia absoluta de lo dado; como negación del sufrimiento silenciado de las víctimas y reivindicación de un sujeto amenazado por las lógicas totalitarias dominantes. En una palabra, como resistencia frente a la barbarie y en ningún caso como afirmación positiva o glorificación de lo existente, reconciliación pragmática con el mundo injusto mediante la resignación, el consuelo o la ilusión, y menos aún como apología o dogma. Todo lo ← 12 | 13 → contrario, para el filósofo neo-marxista la religión en los tiempos actuales tiene un sentido, no en la medida en que triunfe, sino en que resista al triunfo.

Pero, ¿qué pueden tener en común la religión, aun bajo esta acepción tan poco convencional, y la memoria novelada o la literatura memorialista? Precisamente ese anhelo de justicia y su significación anamnética; o, dicho con otras palabras, la semántica de la redención y su potencial crítico secular —su “débil fuerza mesiánica”, si se prefiere emplear la conocida expresión de Benjamin—. Una de las preguntas que principalmente recorren las páginas del presente volumen es la de cómo puede la literatura —o la crítica literaria— influir en la realidad e incluso transformarla, o hasta dónde pueden llegar el escritor y el crítico mediante el ejercicio responsable de su profesión. Se trata sin duda de una pregunta de difícil respuesta, si es que tiene alguna, que además nos planta frente a la aporía de la literatura como experiencia llamada a transgredir los moldes de la misma industria cultural que a menudo la hace posible como acto comunicativo, y otro tanto cabría decir de la crítica como tarea irreconciliable con el mismo academicismo que supuestamente la sostiene. En todo caso, parece claro que ese anhelo de justicia inscrito en la memoria novelada no puede caber en el contenedor de la identidad narrativa, al menos en su acepción mimética convencional. Precisamente por su dimensión anamnética, se trata de una literatura que persigue el rastro —y el rostro— de lo otro, de lo ausente, de lo aniquilado, de una alteridad casi imposible y sin embargo irrenunciable. Muchas de las tramas analizadas en el presente libro apuntan en esta dirección: la memoria de un pasado violento y atravesado por la barbarie, así como de sus víctimas especialmente cuando han sido arrojadas al olvido, no puede ser visualizada ni escuchada con los códigos del realismo sin más, de la misma manera que su interpretación tampoco puede saldarse a base de analogías, por complejas que sean. La mímesis es insuficiente porque hay realidades que escapan a la continuidad entre el tiempo y el relato. La memoria novelada quiere rescatar esas realidades del silencio, la nada y el olvido, y para ello tiene que recrear un nuevo sujeto que no es el sujeto auto-conservador o el individuo proto-burgués de la Dialéctica de la Ilustración, ni cualquier otro que se haya instalado en la lógica excluyente de la identidad moderna, con la que los enfoques hermenéuticos tienen todavía tantas deudas por mucho que la deconstruyan y reconstruyan una y otra vez. Ese sujeto tiene su origen, más bien, en los agujeros, enveses y reversos de esa identidad moderna, homogeneizadora e inmanente, que toda literatura memorialista está llamada a desmitificar. ← 13 | 14 →

Pero de nuevo nos cruzamos con Horkheimer, para quien el anhelo de justicia cobijado bajo la negación religiosa no puede pertenecer a quien lo reivindica, sino a las víctimas de la injusticia y a su silencio. Así el paradójico decurso de la memoria novelada, en el que es el mundo anegado de los otros el que da sentido a la acción —o a su imposibilidad—, el que organiza —o desorganiza— relatos y tramas, y el que pone en juego, a veces con un desconcierto premeditado, tiempos múltiples y entrecruzados, pasados y presentes que se buscan pero no siempre se encuentran, y que cuando lo hacen, nunca ofrecen una garantía de futuro. Tampoco podemos obviar la estela de Auschwitz, ineludible para toda literatura memorialista hasta nuestros días y en la que Horkheimer, al igual que otros pensadores críticos contemporáneos, maduró buena parte de su reflexión. Auschwitz no deja de estar presente en este libro por dos motivos. En primer lugar, por su crucial significación en la actual cultura global de la memoria, sin eludir por ello matices críticos, cuando junto al sentido posibilitador que ha jugado en las memorias de otras barbaries recientes, como la española en este caso, cabe advertir al mismo tiempo el peligro de inhibir o velar esas otras memorias. En segundo lugar, por las concomitancias, continuidades y también contradicciones que cabe advertir, precisamente, entre la guerra civil española y la segunda guerra mundial, el fascismo y el nazismo, la República derrotada y la Europa victoriosa de los aliados, los campos franceses y los campos alemanes, el exilio de unos y el regreso de otros… Sea como fuere, la referencia de Auschwitz no hace sino remarcar esa insuficiencia de las grandes identidades modernas a la que antes aludíamos a propósito de la representación de la barbarie y de las ausencias que necesariamente la acompañan. Auschwitz significó la quiebra del proyecto crítico-emancipador amamantado en la Ilustración, imposibilitado por la constante deriva mítica de esta última, lo cual inhabilita a cualquier respuesta en términos miméticos sin más. La expresión del anhelo de justicia, ya sea mediante la ficción o el documento, la pantalla o la escena, el relato de uno mismo o de otros, exige entonces otros códigos, capaces de transgredir los límites entre géneros; entre la documentación historiográfica, el testimonio y la ficción; entre el sujeto que narra y el sujeto de la acción dramática; entre el pasado y el presente. Ya no se trata tanto de representar como de recrear, y no sólo de narrar sino también de provocar. La memoria novelada no es una mera narración de recuerdos, sino un montaje o una “imagen dialéctica” —volviendo de nuevo a la terminología de Benjamin—. En este sentido, muchos de los trabajos incluidos en este volumen hacen suyos preguntas y debates que, pese a su antigüedad, no han dejado ← 14 | 15 → de ser actuales porque siguen dando que pensar. Cómo representar la barbarie, cómo hablar de ella, cómo hacerla presente sin traicionar a las víctimas es una de ellas. La célebre pregunta de Adorno sobre la dudosa posibilidad de hacer poesía después de Auschwitz o el conocido dilema que Jorge Semprún se planteara entre la escritura y la vida para comunicar su experiencia en Buchenwald siguen teniendo vigencia.

Pero ese anhelo de justicia del que estamos hablando no tiene sólo una dimensión anamnética sino también global, tal y como el título del presente libro expresa de manera igualmente explícita. En realidad, se trata de dos dimensiones inseparables que dan cuenta de la estrecha relación existente entre la memoria de las víctimas y la necesidad de trascender las fronteras del estado-nación; o dicho de una manera más simple, de la vocación abiertamente cosmopolita, universal o global de esa memoria. O si se prefiere el término que encabeza este libro, trasnacional. Cuatro términos diferentes que sin embargo apuntan hacia los mismos problemas: las promesas universalistas del humanismo occidental y su constante incumplimiento desde sus orígenes griegos hasta la globalización actual; la ambigüedad de esta última por su particularismo tecnológico y, al mismo tiempo, sus posibilidades emancipadoras aún inéditas; la crisis del estado-nación, la herencia de imperialismos y colonialismos, y el saldo destructivo de los nacionalismos; el patriotismo como fuente de exilios y el exilio como patria, la diáspora y sus semánticas… Inevitable no pensar en esos millones de apátridas o parias de los que hablaba Hannah Arendt en Los orígenes del totalitarismo a propósito de los desplazamientos masivos en la Europa de entreguerras. Unas cuantas decenas de miles de ellos, tal y como la propia Arendt recuerda, eran republicanos españoles, expulsados de su propio país por haberlo defendido frente al fascismo y rechazados por las democracias aliadas, encontrando después una suerte muy dispar. El presente libro ofrece numerosos y variados ejemplos en este sentido y no sólo del caso español: precisamente porque unas guerras son el origen de otras, unos exilios se entrelazan con otros y los procesos de reconciliación de un determinado país necesitan el espejo de los que acontecen en otros, aunque sea para advertir las carencias y falsedades de unos y de otros, la memoria de la injusticia no puede tener fronteras. Más allá de estas reciprocidades —o en el origen de ellas, más bien— nos encontramos además con las identidades colectivas que erigen los relatos de nación a costa de sacrificar o eludir alteridades disidentes. Todo relato tiene una geografía y el anhelo de justicia se transforma en memoria trasnacional cuando desenmascara sus omisiones narrativas o sus tendencias ← 15 | 16 → excluyentes, cuando quiere reescribirlo o cuando quiere relatar de otra manera, desde la perspectiva desplazada o periférica de las víctimas, los mismos hechos; o mejor dicho, el mismo pasado, que los relatos dominantes narran desde el punto de vista, precisamente, de los hechos —es decir, de lo que ha triunfado o ha tenido una realización exitosa en la historia—, y la memoria crítica desde la perspectiva de los fracasos o de los no-hechos.

Las cinco partes que conforman La memoria novelada III dan buena cuenta de la doble dimensión, temporal y espacial, de este anhelo de justicia cuando quiere narrarse a sí mismo. La primera de ellas, Entre la memoria politizada y la memoria literaria, dibuja un escenario de problemas que irán reapareciendo a lo largo del libro. En el caso de “Memoria y construcción política”, el primer capítulo, a cargo de Reyes Mate, se trata de la realidad política en la que se van a enmarcar algunos análisis posteriores, a saber: la España del presente, cuyos problemas de convivencia democrática remiten a un pasado latente que no termina de pasar por mucho olvido que se haya arrojado sobre él. La crisis institucional de la democracia actual y la pluralidad cacofónica de memorias que la acompaña, remite así a la desmemoria transicional y, mucho más allá de ella, al abandono de la República española por parte de las democracias europeas, no ya durante la guerra civil española, sino también durante y después de la segunda guerra mundial. Una derrota múltiple, primero en los frentes y después en la construcción de Europa, de su identidad, su historia y sus memorias, lo cual hace al problema más complejo y difícil de resolver: dicha crisis tiene raíces no solamente en una transición que a la luz de la justicia transicional ha ido evidenciando sus carencias, sino también —nada menos— en la transición con mayúsculas que dio lugar a la Europa actual. El deber de memoria en España tiene así una dimensión trasnacional.

El escenario que Sebastiaan Faber dibuja en “Actos afiliativos, postmemoria y justicia, o ¿qué pintamos los críticos literarios en los estudios de la memoria?” es de otra índole, si bien tiene mucho que ver con ese mismo deber de memoria. Faber plantea y desarrolla de una manera compleja, entre la perplejidad y la rebeldía, la pregunta que adelantábamos anteriormente acerca del potencial transformador de la crítica académica. Ya advertíamos que la respuesta es difícil y a veces es más valiosa una buena pregunta. Faber formula muchas, todas ellas muy oportunas y a contrapelo de algo tan profundamente hostil a la memoria crítica como la racionalización neoliberal del mundo académico en todos sus niveles. ¿Para quién, para qué y por qué escriben los críticos literarios dedicados a los estudios de la memoria? ¿Cuál es el propósito de ← 16 | 17 → sus análisis? ¿Cómo pueden contribuir a la transformación de la sociedad? En definitiva, ¿cómo hacer de la crítica literaria “una lucha digna e importante”?

La segunda parte entra de lleno en el terreno de la memoria novelada propiamente dicha, con una muy oportuna reflexión teórica previa. “Literatura y deber de memoria”, de Ulrich Winter, nos invita a considerar las amplias posibilidades de la memoria benjaminiana a la hora de interpretar la narrativa sobre la guerra civil que ha venido apareciendo desde el 2000. Si hasta entonces lo que predominaba en ella era un reconocimiento político-ideológico del pasado arrojado al olvido, ahora prevalecería más bien el problema del conocimiento de ese pasado. Es decir, se habría producido un deslizamiento de acentos, al hilo del mismo proceso de maduración de esta narrativa. Análogamente al materialista histórico de las tesis de Benjamin, el narrador actual descubriría ese pasado mediante el recurso a la “imagen dialéctica”, figura reveladora de una temporalidad transversal, liberada del paradigma representativo y capaz de alumbrar los acontecimientos. Prolongando esta reflexión, Winter plantea una re-significación de la memoria histórica en términos de una cartografía de lugares o una galería de imágenes.

En “Jorge Semprún y las dos memorias de la cultura antifranquista”, Pablo Sánchez León aborda el problema de la fragilidad de la memoria cuando corre el riesgo de someterse a la lógica de los partidos políticos. A propósito de la Autobiografía de Federico Sánchez y sus recursos narrativos, se detiene en el caso concreto del Partido Comunista de España, lo que le da pie a una doble reflexión. Al hilo de la teoría de la memoria planteada por Semprún, analiza, por una parte, la ambigüedad de la memoria entendida como un valor cívico y, al mismo tiempo, como expresión de una lealtad colectiva enajenante y censora del pasado discordante; por otra, el debate entre la historia y la memoria, al que la transgresión de límites entre géneros y la confluencia entre el testimonio, la novela y el relato autobiográfico —o sencillamente entre la ficción y la realidad— puede arrojar nuevas luces.

En “Demandas de justicia, enigmas de ficción, tensiones de nuestro tiempo”, Ana Bundgård se pregunta cuánto puede dar de sí la memoria novelada en un momento particularmente efervescente como el actual, en el que la sociedad demanda justicia frente a la impunidad por la barbarie cometida en el pasado. Su planteamiento resulta semejante al de Ulrich Winter, si bien se apoya en otros interlocutores como Nussbaum, Kundera o Ricœur más que en Benjamin. Distingue así a la narrativa de este siglo, en relación a la del anterior, por la impronta universalizadora de la memoria de las víctimas a raíz de la ← 17 | 18 → creciente significación de Auschwitz; y también por su mayor complejidad a la hora de rescatar la verdad del pasado. Ciertamente —argumentará a propósito de la novela de Trapiello Ayer no más—, esta verdad difícilmente podría resolverse en términos unívocos y positivos, conforme a los tópicos de la justicia poética, pues, antes bien, tiene que afrontar y asumir numerosos equívocos y recuerdos a menudo contradictorios, así como multitud de trampas, falacias y fisuras que el propio proceso de conocimiento del pasado genera ante sí. La verdad se transforma así en un punto de fuga.

Memoria politizada y memoria literaria es lo que Jordi Gracia parece contraponer en “Dos legitimidades en colisión: ideología y literatura”. Mientras que lo primero haría referencia a reparaciones y restituciones ideológicas o políticas, habituales entre los académicos más empecinados, lo segundo lo haría a esa otra verdad, elástica y difusa, liberada de imposturas reivindicativas, que es la verdad literaria, ejemplarmente plasmada en novelas como Soldados de Salamina, Enterrar a los muertos y Ayer no más. Pero la contradicción parece sólo aparente en la medida en que ambas podrían conciliarse, tal y como el propio autor reconoce en algún momento. Precisamente el encuentro entre la crítica política —no tanto la “ideología”, al menos en el sentido peyorativo empleado por el autor— y la imaginación literaria es lo que puede hacer de la narrativa de la guerra civil la experiencia estética y ética que él mismo reivindica. La memoria moral, que es una memoria crítica y democrática, que no moralista, maniquea o anacrónica, forma parte de esa experiencia, tal y como muestran muchos de los trabajos incluidos en este libro.

La tercera parte del libro, Literatura y memoria trasnacional, ofrece cuatro estudios sobre el nuevo cosmopolitismo o el giro global que puede rastrearse en esta nueva memoria novelada de la guerra civil española. Esos enfoques, más complejos, de la verdad del pasado y de su propia cognoscibilidad que se advertían en capítulos anteriores, resultan inseparables de una vocación trasnacional asimismo plural. Esta es la cuestión, entre otras, que recoge Hans Lauge Hansen en “Formas globales e historias locales”, en donde la simbiosis entre ficción y realidad, en la que el lector tiene un papel activo identificándose y al mismo tiempo distanciándose del texto, no puede desligarse de aquella otra entre lo local y lo global. Esta última da pie al autor a una tipología de la influencia trasnacional en la memoria novelada actual, en función de tres modos narrativos (mimético, representativo y desafiante) y de tres modos ético-políticos (antagonístico, cosmopolita y agonístico), de los que se ofrecen ejemplos, resultando el más evidente aquel que combina el modo representati ← 18 | 19 → vo con el cosmopolita (es decir, la misma combinación que puede encontrarse en novelas como Soldados de Salamina).

Precisamente esa novela viene a cuento, también como ejemplo, en el estudio siguiente, “¿Hacia una memoria transcultural? Reflexiones acerca de la narrativa memorialista española actual”, a cargo de Claudia Jünke, quien distingue tres ámbitos de análisis: metodológico, en el que contrapone los paradigmas nacionalista y cosmopolita, este último a propósito de la continuidad entre la guerra civil española y la segunda guerra mundial; textual, en el que recoge el concepto de “icono” o imagen narrativa universal tal y como lo ha planteado por A. Assmann; y contextual, a propósito de la inscripción de esta narrativa en debates memorialistas más amplios, como el suscitado en torno a la memoria de Auschwitz.

“Entre elogio y rechazo: el potencial poético de Mágina”, de Lasse-Emil Paulsen, toma como referencia la trayectoria narrativa de Muñoz Molina para abundar en la cuestión. La evolución de la memoria novelada de la guerra civil y el franquismo, desde sus marcos nacionales tradicionales hacia el diálogo trasnacional y polifónico, en el que lo local no desaparece sin más, sino que más bien se re-significa aun sin la preponderancia que antes ostentaba, invita además a pensar en este ámbito disciplinar el concepto de Robertson “glocalización”. Dicha narrativa constituye así un ejemplo de memoria “glocal”, desde la que el pasado puede entreverse con una mirada más aguda y perspicaz.

Esta parte se cierra con el estudio de Juan Carlos Cruz Suárez “Literatura y memoria RAM. Apuntes para un estudios de la memoria social en un marco global”, en el que se aborda la medular cuestión de la literatura memorialista como compromiso, con la que abríamos este apunte introductorio. Ciertamente —argumenta el autor— la memoria novelada no puede impartir justicia, pero sí puede —y debe— exigirla, así como denunciar su ausencia. Entonces podrá convertirse en un artefacto político principalmente prometedor cuanto más explore y exprese sus posibilidades colectivas y cosmopolitas. El acervo de esta “memoria RAM” será así un acervo de experiencias en el que la confluencia de los discursos sociales memorialistas contribuirán en la tarea constructivista de generar una memoria social representativa y consensuada por todos los actantes y colectividades que ha sufrido las consecuencias de un pasado conflictivo y violento.

La cuarta parte del libro, La memoria en escena, explora las posibilidades —y dificultades— representativas de estas memorias en los ámbitos teatral, cinematográfico y museístico, entendidos como espacios que además interactúan ← 19 | 20 → entre sí —y, por supuesto, con la literatura—, obligando así a una reflexión sobre la adaptación de unos géneros a otros. La confluencia entre ética y estética, pensamiento y acción, creador y receptor, ficción y verdad es el hilo conductor del estudio de Diana González Martín “El arte memorialista como generador de presencia: ejercitando la emancipación”; una presencia que, para alterar la vida en común de los sujetos, está llamado a romper el paradigma representativo lineal y mimético convencional, mediante la hibridez temporal de la rememoración. Buen ejemplo de ello sería la trilogía La fragilidad de la memoria (cómo narrar un hecho abismal: el del exilio y la última dictadura argentina), de la dramaturga argentina afincada en Barcelona Victoria Szpunberg.

Details

Pages
381
Year
2015
ISBN (PDF)
9783035107265
ISBN (ePUB)
9783035195576
ISBN (MOBI)
9783035195569
ISBN (Softcover)
9783034315395
DOI
10.3726/978-3-0351-0726-5
Language
Spanish; Castilian
Publication date
2015 (March)
Keywords
Narrativa memorialista Análisis Ética Exilio
Published
Bern, Berlin, Bruxelles, Frankfurt am Main, New York, Oxford, Wien, 2015. 381 p.

Biographical notes

Juan Carlos Cruz Suárez (Volume editor) Hans Lauge Hansen (Volume editor) Antolín Sánchez Cuervo (Volume editor)

Juan Carlos Cruz Suárez es Post-doc y docente en la Universidad de Aarhus. Su área de especialización es la literatura y cultura hispánica de los siglos de oro y la narrativa española memorialista del siglo XXI. Hans Lauge Hansen es Profesor Titular de literatura hispánica de la Universidad de Aarhus. Ha dirigido el proyecto La memoria novelada. Es especialista en literatura española contemporánea y en novela española memorialista. Antolín Sánchez Cuervo es Doctor en Filosofía y Científico Titular del Instituto de Filosofía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Madrid). Es especialista, entre otros temas, en pensamiento de exilio y sus consecuencias tanto políticas como humanas.

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Title: La memoria novelada III
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