Gaspar de Jovellanos

← viii | ix → Prefacio

En los últimos años ha aumentado la atención a las obras de Gaspar Melchor de Jovellanos (1744–1811) y la página web dedicada a este autor en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes ha contribuido a la difusión de informaciones sobre este autor. Es necesario conocer la obra de Jovellanos para entender el proceso de renovación en la segunda mitad del siglo XVIII.

Jovellanos que estuvo atento a todos los acontecimientos ocurridos en sus días es reconocido como el escritor e ilustrado más importante y ha sido considerado poeta, dramaturgo, crítico de arte y de literatura; analista de problemas jurídicos, políticos, económicos, históricos, lingüísticos; pedagogo y teórico de la educación; promotor de temas asturianos y gran conocedor de la historia, la jurisprudencia, y la cultura española. La autora de este libro, Ángela Gracia Menéndez, ha analizado su obra con una visión global de las diversas actividades del autor ilustrado e ilustrador, pero siempre partiendo de su concepto de crítica. Se estudia la historia de la noción de «crítica», partiendo de su primera acepción como «gramática», «filología», «erudición» e incluso «literatura» que era importante para los estudios textuales que querían reconstruir el texto bíblico antiguo. De esta acepción deriva el concepto de crítica como presupuesto metódico para escribir historia o editar obras de autores antiguos. En el contexto del debate de los Ancianos y de los Modernos se fundó la acepción del término crítica como actitud reflexiva capaz de cuestionar lo antiguo con el fin de conseguir una autonomía respecto a los preceptos de la antigüedad. En el Siglo Ilustrado la crítica se extiende a todas las áreas del saber y del vivir. Immanuel Kant (1724–1804) entiende por Ilustración una salida a la minoría de la cual el hombre mismo es culpable, en la medida que se rige por dogmas y no por su propio entendimiento. Kant hizo una crítica del racionalismo y del empirismo e intentó unir las dos corrientes filosóficas que se centraban en el objeto como fuente de conocimiento. Desde los años 70 los principios de razón y de crítica forman el eje de toda la obra ← ix | x → de Jovellanos. Este libro muestra cómo la preocupación y la actitud crítica hacia cuestiones de método impulsaron a Jovellanos a abrir áreas de investigación inexistentes, hasta entonces, dentro de las humanidades.

Efectivamente Jovellanos fue un polígrafo y su mérito reside en el legado del conjunto de su obra. Su pensamiento y su obra asimilan el conjunto del saber literario, científico y filosófico de su tiempo. Destacan sus propuestas prácticas factibles, estructuradas en torno a un modelo o sistema de ideas que nunca explicitó sistemáticamente. Cuando hoy hablamos de jovellanismo, denotamos con esta palabra las ideas que puso en práctica y que le sirvieron de compás de los hechos y actuaciones como político, como letrado y como escritor. Ángela Gracia Menéndez es conocida como historiadora de la lingüística y dedica también un capítulo a esta materia en su libro. La razón por la cual la autora decidió llevar a cabo un estudio no solamente sobre las ideas filosóficas de Jovellanos relacionadas con la sociedad y la educación, sino también sobre sus reflexiones filológicas es que este intelectual resulta ser también un lingüista eminente. Esta calificación de Jovellanos como lingüista parece justificada en el sentido amplio porque ha contribuido con varios escritos sobre la lengua en los cuales aparece su capacidad de apreciar ésta en su complejidad.

En la España del siglo XVIII, el sensualismo es el movimiento filosófico que más se acerca al nuevo espíritu de los tiempos. Se trata de encontrar un fundamento teórico que haga posible la fundación de la ciencia natural y la explicación de los principios por la realidad de lo dado, y no la realidad por los principios. La fundación y la denominación de ideas complejas no son para los sensualistas obra de la naturaleza sino que dependen de una imposición voluntaria que funda su carácter arbitrario y particular de cada lengua. Mediante su traducción, en forma de diálogo, de la lógica de Condillac Valentín de Foronda pasa por ser uno de los más eficaces difusores del sensualismo en España. La figura central del movimiento ilustrado en España, Jovellanos, profesa una lógica sensualista en la que se identifican las ideas con las palabras. Según él, el verdadero saber consiste en la exacta correspondencia de los signos con las ideas porque la verdad no es otra cosa que la conveniencia de los hechos o percepciones con lo que afirmamos de ellas. No por otra razón se llaman exactas las ciencias matemáticas, ya que en su nomenclatura hay esta exacta conveniencia entre las palabras y las ← x | xi → ideas. Establecer esta conveniencia también en las ciencias intelectuales es el único camino de elevarlas a la clase de demostrativos.

Jovellanos fue nombrado miembro de la Real Academia de la Lengua, lo que le permitió estudiar la necesidad del estudio de la lengua para comprender el espíritu de la legislación. Su método puede relacionarse con el espíritu de la hermenéutica filológica, desarrollada más tarde en el siglo XIX. Dedica también reflexiones a su habla natal, el asturiano e incluso piensa en una Academia de la Lengua Asturiana. Los esfuerzos de recopilar el léxico de las hablas regionales en forma de diccionario se sitúan dentro de una tradición diccionarista ininterrumpida que comenzó en el renacimiento con De vulgari eloquentia (1304) de Dante Alighieri.

Las actividades de Jovellanos en el ámbito de la educación pública están intrínsecamente relacionadas a sus preocupaciones lingüísticas. Justifica la enseñanza del castellano como objeto de estudio y a la vez como medio de instrucción. Para Jovellanos el latín había dejado de ser la lengua exclusiva de las ciencias, la lengua nativa será siempre para el hombre el instrumento más propio de comunicación. En este contexto, Jovellanos interviene también en la discusión sobre la perfección del castellano, en la cual Feijoo y Mayans ya habían destacado su dignidad y madurez, y rechaza rotundamente el argumento de que el castellano sea una lengua menos perfecta. Sostiene que las lenguas serán consideradas como un estudio auxiliar, dirigido a promover los adelantamientos que las naciones sabias hicieron en ellas. Por eso reconoce también la relevancia que tiene el conocimiento de las lenguas extranjeras y pone de manifiesto que la adquisición del francés e inglés les serviría a los estudiantes para leer tratados relacionados con ingeniería de los que sacarían más provecho.

El método de Jovellanos es ecléctico, integra conceptos de muchos autores, pero procede de una manera crítica y analítica que le permite anticipar corrientes en Europa y sentar las bases para el estudio científico de la lengua. Pero su análisis es sobre todo interdisciplinario, no pierde de vista la visión social.

Ángela Gracia Menéndez ha presentado con su libro el resultado de un trabajo meritorio, realizado en condiciones particulares: con un Magíster alemán en Lingüística y un Doctorado español enseña el español en la Otago University en Nueva Zelanda. En este libro la autora se centra en ← xi | xii → aquellos escritos de Jovellanos que tienen relevancia desde el punto de vista de su actitud crítica. Jovellanos había aplicado esta actitud a los textos, a la historia como disciplina, a la política, a la legislación, al lenguaje, a la enseñanza, a la sociedad y a las costumbres. La lectura del libro es muy instructiva pero también muy agradable y da una visión conjunta de la actividad de Jovellanos en todas estas áreas, visión centrada en la crítica.

Profa. Dra. Gerda Haßler Universidad de Potsdam, Alemania

← xii | xiii → Agradecimientos

Tras varios años centrándome en los escritos filológicos de Gaspar Melchor de Jovellanos, en los que he tratado siempre de contextualizarlos en el pensamiento ilustrado de la segunda mitad del siglo XVIII, se fue perfilando la idea de este libro que enfoqué en la actitud crítica y reformadora que siempre caracterizó a toda su obra haciendo hincapié en la metodología de diversas disciplinas que cuestionó y a las que hizo una aportación significativa. Trabajé en ello durante mi sabático de 2010 y agradezco la beca de la Universidad de Otago que me permitió contratar a dos ayudantes de investigación, mi colega del Programa de Español, Francisco Araya Suárez y Alfredo Vázquez. Finalmente fue Luis Martul Beltrán el que repasó el manuscrito y al que le debo observaciones valiosas. Asimismo deseo expresar mi gratitud a la Fundación Foro Jovellanos del Principado de Asturias por su labor y apoyo cuando empecé a interesarme por Jovellanos; al Prof. Dr. José Luis García Arias por haberme apartado varios artículos relacionados con el asturiano y al Prof. Dr. Emilio Ridruejo por sus comentarios. A la Profa. Dra. Gerda Haßler y al Prof. Dr. Fernando Durán López les estoy especialmente agradecida por apoyar la publicación y las observaciones finales de mi colega Profa. Dra. Cecilia Novero. Agradezco también la posibilidad de comentar algunos puntos con la Profa. Dra. Elena de Lorenzo con respecto a la nueva edición del «Curso de Humanidades Castellanas» cuando visité el Instituto Feijoo de Estudios del siglo XVIII en la Universidad de Oviedo en otoño de 2010. Fue en esa estancia que decidí que este trabajo tomara la presente vertiente. Este libro ha sido concebido con el fin de resaltar una faceta relevante del pensador más emblemático del Siglo de las Luces español, Gaspar Melchor de Jovellanos.

Agradezco el permiso de reproducir partes que ya habían sido publicadas previamente como «La aportación a la metalexicografía bilingüe española del siglo XIX de Gaspar Melchor de Jovellanos: la Instrucción para la formación de un Diccionario del dialecto asturiano» en la Revista de ← xiii | xiv → Lexicografía, 2011, XVII, 83–96, ISSN 1134–4539 y «Gaspar de Jovellanos y la Real Academia Española: influencia y criterio propio» en Historiografía lingüística: líneas actuales de investigación, ed. de E. Battaner, V. Calvo, P. Peña, Münster: Nodus Publikationen, 2012, 439–451, ISBN: 978-3-89323-014-3, ambos aparecen aquí en el capítulo 6. El artículo «El concepto de opinión pública en Gaspar de Jovellanos» en Hacia 1812 desde el siglo ilustrado, ed. y coord. de Fernando Durán López. Sociedad Española de Estudios del Siglo XVIII, Ediciones Trea, 2013, 1009–1023, ISBN: 978-84-9704-714-2 aparece aquí parcialmente en el capítulo 4. En el capítulo 3 aparecen pasajes del artículo «Una primera aproximación hermenéutica de Gaspar de Jovellanos», en Las ideas y realidades lingüísticas en los siglos XVIII y XIX, José María García Martín (dir.), ed. de Victoriano Gaviño Rodríguez, Cádiz: Servicio de Publicaciones, 2009, 329–344. ISBN: 978-84-9828-239-9.