Neoliberalismo y hermenéuticas de derechos humanos en México y en el MERCOSUR
Un campo de batalla
Summary
Excerpt
Table Of Contents
- Cubierta
- Título
- Copyright
- Sobre el autor
- Sobre el libro
- This ebook can be cited
- Contenido
- Prólogo
- Preámbulo del autor
- Capítulo 1 La hermenéutica de los derechos humanos
- Capítulo 2 México o la transición como reforma del Estado (1990–1993)
- Capítulo 3 El MERCOSUR y su hermenéutica de derechos humanos explicada desde la “nueva” transición argentina (2005–2009)
- Capítulo 4 Derechos humanos en disputa: las dimensiones hermenéuticas durante las etapas neoliberales
- Capítulo 5 ¿Hacia dónde van los derechos humanos?
- Índice de Materias
El libro de Orlando I. Aguirre Martínez que el lector/a tiene en sus manos, se ocupa de los derechos humanos en nuestra región de una manera peculiar y original, tal opinión la voy a exponer como una oportunidad para recrear por este medio los diálogos mantenidos con su autor desde otras vías académicas. ¿Por qué el libro es sui generis? En primer lugar, porque contiene un estudio de la institucionalidad de los derechos humanos del Mercosur y México; en segundo lugar, es peculiar por su intención hermenéutica expresada a lo largo de sus capítulos, tanto por su erudición como por su crítica de la institucionalidad de los derechos humanos, creada por los gobiernos de las dos regiones de las que aquí el autor se ocupó. En tercer lugar, el libro es especial por explicar de manera vertebrada aristas filosóficas, políticas, jurídicas y sociales que acompañaron a las instituciones de derechos humanos que los gobiernos en un contexto neoliberal y regional crearon.
Ahora bien, caracterizado el libro con tales cualidades, no cabe duda que solo pudo ser escrito por un conocedor de las circunstancias históricas de poder que propiciaron la formación del Mercosur y de los gobiernos neoliberales en México, en especial el de Carlos Salinas, puesto que de otro modo no se relatarían con el detenimiento que su autor ofrece de las diferencias y coincidencias entre la Comisión Estatal de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) en México y el Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos (IPPDH) en el MERCOSUR, constituido con las colaboraciones de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y la de Venezuela posteriormente.
Con vistas a ubicar las contribuciones de este libro de Orlando Aguirre, en medio de las publicaciones sobre políticas democráticas y hermenéutica de los derechos humanos, es pertinente mencionar que la concepción de la democracia como el tipo de gobierno afín a los derechos humanos, asume directamente la responsabilidad y el compromiso del Estado con los sujetos de los derechos humanos, así como el de llevar a cabo la debida diligencia y la elaboración de programas de políticas públicas congruentes con su respeto y coadyuvantes para el adecuado cumplimiento de los derechos humanos. En consecuencia, la democracia se entiende como esa forma de gobierno que no olvida la procedencia de los derechos humanos: las luchas y las resistencias de quienes los han conquistado. Dicho esto, se comprende que la democracia afirme a los derechos humanos abiertos al porvenir de las demandas de las víctimas o de aquellos que han sido dejados fuera de sus referentes de reconocimiento, como en su momento las mujeres lo fueron, o las personas de color, o como lo probaron las exigencias de los pueblos indígenas para ser reconocidos como sujetos de derechos humanos. Y que admita también que ella es congruente con el Estado de derecho cuya legitimidad descansa en la voluntad popular, debido a lo cual, la capacidad de la ciudadana para ejercer su derecho a disentir es asegurada, por lo tanto, el disenso, las reclamaciones, las denuncias y los desacuerdos de los sujetos de los derechos humanos se conciben por vías democráticas; la institucionalización de la reclamación, la petición y las demandas contra el incumplimiento del gobierno para con los derechos humanos nunca significa derramamiento de sangre, desapariciones forzadas, asesinatos y pérdidas de vidas de todos y cada uno de los inconformes con el desempeño de sus gobiernos en cuanto que éstos respondan a las bases políticas y sociales de la participación popular y de apertura para proteger todos los tipos de derechos humanos.
En nuestra región, estas bases teóricas democráticas descritas de manera sucinta, están lejos de ser las directrices adoptadas por los gobiernos, a cambio, lo que se observa son democracias que han naturalizado las desigualdades y la violencia en lugar de atacarlas con urgencia y prioridad.
Aunado a esta actuación política en contra de los ideales democráticos, es frecuente observar en las justificaciones de los gobiernos la apelación a otro valor democrático moderno con el que pretenden legitimarse, me refiero a la libertad. Se apuesta a la libertad de espaldas a la igualdad y entendiendo por la libertad no el aseguramiento de la libertad de expresión, o del libre desarrollo de los pueblos indígenas, o de la libertad de todas las población y pueblos para de vivir en ambientes libres de polución, no, no son estas libertades las defendidas. La libertad que reclaman los gobiernos es la de los corporativos o la llamada ciudadanía privada, esa es la libertad a espaldas del bien común que ha dejado de lado la res pública en la región latinoamericana. En unos países más que en otros, tales situaciones son las que han imperado, por ejemplo, en los gobiernos declarados neoliberales lo han hecho sin tapujos y con vanagloria, en otros casos como los llamados progresistas lo han hecho en compañía de ciertas atenciones de carácter social.
En el caso de México, Orlando Aguirre analizó e interpretó la creación de la institucionalidad de los derechos humanos en las circunstancias de la firma del Tratado del Libre Comercio con Canadá y Estados Unidos, las promesas del presidente Carlos Salinas de llevar a México al primer mundo en tanto socio de las potencias del norte fueron dramáticamente incumplidas en contra del fortalecimiento de su mercado interno. El Tratado del Libre Comercio no requirió nunca de firmantes igualitarios con lugares simétricos de colaboración y beneficios, ya que estos convenios no tienen bases democráticas.
Desde ahí, Aguirre abordó el ingreso mexicano al neoliberalismo realizando una hermenéutica de la estructura de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (último órgano de protección no jurisdiccional creado en México en el mismo año en el cual se firmaba el acuerdo de libre comercio), mostrando cómo es que el sujeto de los derechos humanos fue transfigurado por las necesidades del sistema político al servicio de las coordenadas económicas lejanas de los referentes democráticos. El levantamiento zapatista, advierte Aguirre, evidenció ante el mundo las políticas excluyentes de la democracia mexicana, la rebeldía fue capaz de hacer presente las entrañas de México: la paz democrática era falsa, la disidencia no era posible para todos los pueblos, la igualdad no era aplicada para todos los habitantes, el reconocimiento de derechos no era para todos sus miembros. Es decir, no se contaba con una democracia madura y coherente con los ideales de los sujetos de los derechos humanos.
Ahora bien, ¿qué es lo que Orlando Aguirre desentraña desde su agudo estudio sobre el Mercosur? Descubre en los llamados gobiernos progresistas cómo es que deciden a enfrentar la embestida y el endeudamiento que el programa del Consenso de Washington impuso a los países ahí agrupados. Recordemos las iniciativas de Néstor Kirchner y Luiz Inácio Lula da Silva presentadas en el llamado Consenso de Buenos Aires, diciendo lo siguiente: “7- Somos conscientes del papel estratégico que nuestros Estados deben desempeñar y redoblaremos los esfuerzos tendientes a fortalecer sus instituciones, profesionalizar a la administración pública, mejorar su capacidad de respuesta, incrementar su eficacia y asegurar una mayor transparencia en los procesos de toma de decisiones”.1 En palabras de nuestro autor:
las prioridades en materia de derechos humanos fueron establecidas en el marco de los gobiernos autodenominados “progresistas” durante el periodo de bajo neoliberalismo luego de la negativa de ingreso de países miembros del Mercosur al ALCA en la IV Cumbre de las Américas en noviembre del 2005. Estas actitudes políticas fueron caratuladas como elementos del “giro a la izquierda” por parte de algunos sectores más conservadores […] hurgar en cómo los presidentes mercosurianos de la primera década del siglo XXI comenzaron a desmarcarse, al menos políticamente, de los EE.UU. durante la IV Cumbre de las Américas en el 2005 para instalar, por un plazo efímero, una interpretación propia de derechos humanos que se materializaría en la creación de un instituto que recogiera las bases ideológicas de dichos gobiernos a partir del reflejo del pasado de la resistencia contra el autoritarismo.
Con un análisis pormenorizado, Orlando Aguirre desmenuzó en su libro los elementos que distinguen al Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos (IPPDH), sus ejes de poder y su relación con los programas de los gobiernos de la era de las democracias posdictaduras que el autor llama el “bajo neoliberalismo”.
Así, la democracia de la región disociada de la igualdad como un ideal que conmueva las entrañas de su lacerante realidad de hambre y pobreza, se dirige en dirección a los intereses del sujeto activo representado por las corporaciones, en tanto que se han podido expandir con el apoyo de los gobiernos de la región sean neoliberales o progresistas.
Este libro encara a las democracias incapaces de dar fin a los holocaustos internos nacionales y regionales, que han dejado caer los ideales que llevaron a la aprobación de la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948 por la Asamblea General de la ONU, como ideales pendientes de resolver, como lo señaló Orlando Aguirre en su apartado “Hacia dónde van los derechos humanos”.
Neoliberalismo y hermenéuticas de derechos humanos en México y en el MERCOSUR. Un campo de batalla es un libro que puede ser descrito por otra característica más: sacude la memoria de la institucionalidad de los derechos humanos para descubrir el sujeto revolucionario, disidente, activo y abierto a las víctimas de la transgresión de la dignidad humana. Dicho de otra manera, este texto muestra que el sujeto de los derechos humanos es inconforme, disruptivo, migrante, indígena, mujer, que es atacado y ocultado en y por la formalidad funcional gubernamental. El libro denuncia, señala y apuntala los solapamientos del poder con la versión de los derechos humanos acomodaticia y complaciente que permite el tránsito al neoliberalismo.
Orlando Aguirre hace posible pensar la región y su relación con los derechos humanos y la democracia a tono con los problemas clásicos de la filosofía política moderna: ¿qué valor es más importante para los gobiernos: la libertad o la igualdad?; ¿qué tipo de poder se adquiere cuando uno de estos valores subsume al otro? En este sentido, son iluminadoras sus palabras:
Es simple: con hambre no se puede pensar, sin pensamiento no hay aprendizaje, sin aprendizaje no existe un concepto de la libertad, y sin una comprensión profunda de los alcances y límites de la libertad uno es esclavo de un sistema. Si empezamos por la libertad, invisibilizamos la condición material de la desigualdad y seguiremos fomentando institucionalidades vacías que no resuelvan el problema de fondo, el cual se basa en una dinámica de acumulación que genera más riquezas para un reducido grupo de personas en contraposición a la gran cantidad de personas en el mundo.
Details
- Pages
- XXIV, 142
- Publication Year
- 2020
- ISBN (PDF)
- 9781433168611
- ISBN (ePUB)
- 9781433168628
- ISBN (MOBI)
- 9781433168635
- ISBN (Hardcover)
- 9781433168604
- DOI
- 10.3726/b15552
- Language
- Spanish; Castilian
- Publication date
- 2020 (August)
- Published
- New York, Bern, Berlin, Bruxelles, Oxford, Wien, 2020. XXIV, 142 p., 7 tabla/s.
- Product Safety
- Peter Lang Group AG