Nuevas reflexiones sobre la fraseología del insulto
Summary
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Table Of Contents
- Cubierta
- Título
- Copyright
- Sobre el autor
- Sobre el libro
- Esta edición en formato eBook puede ser citada
- Tabla de Contenido
- Prefacio
- Lista de Contribuyentes
- Lectura, escritura y traducción: la fraseología como límite textual (Pablo Aparicio Durán / Remedios Sánchez García)
- Hacia una clasificación de los insultos en español y alemán procedentes del campo semántico de la fauna. (María del Carmen Balbuena Torezano)
- Usos de insultos, improperios, maldiciones y unidades fraseológicas en los cuentos tradicionales en castellano y en catalán (Josep Ballester-Roca / Noelia Ibarra-Rius)
- La caracterización del bufón shakesperiano mediante los vituperios de Jack Falstaff (Luis Javier Conejero Magro)
- Sociolingüística fraseodidáctica del insulto: Estudio de un corpus en estudiantes universitarios (Antonio Daniel Fuentes González / Mar Campos Fernández-Fígares)
- Filho de um corno! Fenómenos semánticos y sintácticos en la fraseología del insulto en portugués (Ana Belén García Benito)
- Fraseología y acepciones del insulto perro: estudio de caso, análisis y aplicaciones (Aurora Martínez Ezquerro)
- Los asustadores y sus nombres: de la teriantropía a los insultos y maldiciones (Aitana Martos García / Eloy Martos Núñez)
- Sobre el insulto en español y alemán: el insulto con zoónimos (Carmen Mellado Blanco)
- Euphemism, Taboo, and Stylistics in The Simpsons (Gustavo A. Rodríguez Martín)
- Obras publicadas en la colección
Prefacio
Afirmar que el concepto de ‘insulto’ reviste una gran complejidad puede parecer, a primera vista, un truismo. Sin embargo, solo a partir de este hecho se puede analizar en profundidad y explicar ese concepto. Son, en efecto, múltiples las funciones que tiene el insulto en la comunicación humana, y muy variados los contextos y las situaciones en que estas se realizan. Por consiguiente, son también diversas las perspectivas desde las que hay que enfocar este fenómeno. Tal vez sirvan de ejemplo de la referida complejidad el hecho de que el insulto puede ser de naturaleza lingüística y de tipo gestual, o la constatación de que tanto en su génesis como en sus objetivos y repercusiones confluyen factores que corresponden a campos y disciplinas tan dispares como, por citar solamente los más importantes, la sociolingüística, la psicolingüística, el derecho o la ética.
Un simple análisis superficial del insulto lingüístico revela la variedad de funciones que puede desempeñar en la comunicación humana como la multiplicidad de matices que adquiere en la interacción comunicativa. Todo ello da fe de la complejidad del concepto mencionado. Baste con pensar que en cualquier taxonomía de las funciones del tipo de ofensa que genera el insulto habría que incluir, como mínimo, una gama de subfunciones como las de ‘faltar al respeto’, ‘calumniar’, ‘difamar’, ‘oprobiar’, ‘degradar’, ‘desacreditar’, ‘desprestigiar’, ‘despreciar’, ‘menospreciar’, ‘ridiculizar’ o ‘desairar’. Los trabajos que se presentan en este volumen tienen como común denominador el análisis de esa riqueza y pluralidad de factores que intervienen en la expresión del insulto. En su conjunto, constituyen una prueba fehaciente de la importancia del tema y de la interdisciplinariedad que requiere su tratamiento; y se presentan, a la vez, como una contribución para paliar la escasa atención investigadora que este fenómeno ha recibido.
El título de Nuevas reflexiones sobre la fraseología del insulto con que se ha denominado esta obra colectiva intenta, por tanto, ofrecer una visión amplia, compleja y actualizada con diferentes puntos de vista sobre este fenómeno, integrando la teoría y la práctica que, por definición, no pueden caminar por separado en esa parcela que representa el insulto. En esta misma dirección y como no podía ser de otra manera, este libro aspira a complementar en alguna medida las publicaciones ya existentes, incrementar el interés e impulsar el diálogo entre los estudiosos que se dedican a cultivar el campo de todo lo que engloba el insulto.
←7 | 8→Desde estas líneas, se agradece la colaboración al digno elenco de docentes e investigadores que con sus aportaciones y sus propias perspectivas son los verdaderos artífices de esta obra.
Alfonso Corbacho Sánchez y Mar Campos Fernández-Fígares
Lista de Contribuyentes
Pablo Aparicio Durán
Remedios Sánchez García
Universidad de Granada
María del Carmen Balbuena Torezano
Universidad de Córdoba
Josep Ballester-Roca
Noelia Ibarra-Rius
Universitat de València
Luis Javier Conejero Magro
Universidad de Extremadura
Antonio Daniel Fuentes González
Mar Campos Fernández-Fígares
Universidad de Almería
Ana Belén García Benito
Universidad de Extremadura
Aurora Martínez Ezquerro
Universidad de La Rioja
Aitana Martos García
Universidad de Almería Eloy Martos Núñez
Universidad de Extremadura
Carmen Mellado Blanco
Universidad de Santiago de Compostela
Gustavo A. Rodríguez Martín
Universidad de Extremadura
Pablo Aparicio Durán y Remedios Sánchez García
Universidad de Granada
Lectura, escritura y traducción:
la fraseología como límite textual
1) Introducción: la problemática general
Lo real siempre adopta forma problemática, pero lo incuestionable (el sentido común) también es producto de lo contradictorio. Habría, pues, que preguntarse por la realidad que nos convoca a hablar aquí sobre fraseología; la misma realidad que nos hace preguntarnos por ciertas cuestiones como la esencia, el funcionamiento, el instinto, etc., del lenguaje y, dentro de este, por el aspecto o elemento fraseológico. Preguntarnos, en definitiva, por los presupuestos que informan a semejantes preguntas: el sujeto expresivo/comunicativo, el fenómeno lingüístico como objeto de estudio en sus múltiples aspectos; o, lo que es lo mismo, los distintos lados del objeto en cuya autonomía se cifra la realidad fenoménica general, etc.
Nosotros proponemos, en cambio, tomar este problema en su radical historicidad, lo cual supondría cuestionar justamente el problema de la mirada literal como punto de partida en todo caso: la relación entre el ojo y la cosa, que equivaldría aquí a la existente entre la forma y la función, y, en ambos casos, sin mediación trascendental alguna, es decir, presuponiendo una forma y una función autónomas, en múltiple correlación entre texto y contexto.
Se trataría, pues, de cuestionar no la sustancia de tales nociones en sí (eso sería un prejuicio meramente empirista) sino su carácter normativo inconsciente: el hecho de que tales nociones transcriben el presupuesto de la mirada literal, esto es, la problemática epistemológica dominante, la dicotomía sujeto/objeto, y su matriz ideológica efectiva de la que el “objeto” sería un simple desdoblamiento: la relación (social) sujeto/sujeto.
Que esta y no otra sea la base del sentido común suele atribuirse a la evolución del conocimiento, esto es, en sentido positivista/empirista: la acumulación de experiencia y el consiguiente avance en el (auto)conocimiento del “género humano” y su “naturaleza”, su lugar en el mundo, etc. Solo que esto se hace descartando la historicidad misma de la noción de “naturaleza humana”, por un lado, y de mundo natural, literal, fenoménico (es decir, cognoscible en sí mismo), por otro..
←11 | 12→En este sentido, el estudio del elemento fraseológico busca su lugar exacto dentro de ese conocimiento, supuestamente cada vez más seguro. O, como decimos, más bien asegurado en/por su multiplicidad: la saturación de respuestas sobre lo humano; en el fondo, las distintas variantes sobre dicho sujeto, que a partir del surgimiento de la lingüística teórica, con Saussure, pasa a tematizarse como un sujeto lingüístico/comunicativo, de cuya naturaleza darán cuenta las distintas “corrientes” de la lingüística teórica, a saber: el estructuralismo, el formalismo, el conductismo, el generativismo, etc. (Rodríguez, 2001: 61:127).
2) Fraseología y textualidad
Como vemos, toda práctica (incluida la práctica teórica) es inseparable de su discurso, por lo que habría que remitir a la primera de dichas “escuelas/teorías” para inscribirnos en el debate sobre lo fraseológico a nivel textual. En efecto, a la fenomenología posestructuralista le preocupa el hecho de que lo idiomático quede o no atrapado en el texto original sin posibilidad de ser traducido, pues si lo “literal” se identifica siempre con la relación directa entre el ojo y la cosa y, por tanto, es de por sí traducción literal de una realidad ostensible, lo idiomático, en cambio, sería expresión de la relación indirecta o imaginaria entre el ojo y la cosa, y por tanto una expresión en la que la traducción preexiste a la expresión de manera que tan solo se aplica con más o menos acierto. Y de ahí que sea en sí misma intraducible, por lo que debiera, quizá, permanecer así (vid. Benjamin 1994: 286).
Pero habíamos dicho que lo real, por definición, no puede resolverse, sino que simplemente pueden ensayarse soluciones parciales sobre la base de ciertos presupuestos: el sujeto expresivo, el objeto textual y toda la saturación de respuestas que, sobre la base de estas dos nociones, se han ensayado para explicar, por un lado, el sistema lingüístico, y, por otro, su puesta en movimiento. Pues bien, si lo idiomático ha representado un escollo para la objetividad de la lingüística, ello se debe al hecho de que se trata de un elemento inseparable de su historicidad. Si en algo se cifra la modernidad de la lingüística teórica (y, por lo demás, de cualquier ciencia humana o natural) es en su capacidad para hacer abstracción de la historicidad del fenómeno que estudia y, naturalmente, de su propia historicidad teórica.
Así pues, como en todo intento por decir algo objetivo sobre el vehículo de expresión de las ideas, esto es, para hacer ciencia sobre el lenguaje humano, la lingüística ha hecho abstracción de las ideas (es decir, se ha dedicado a aislar su objeto de estudio), proceso en el cual una de las cuestiones más problemáticas o molestas ha sido la metáfora. No por nada, la filosofía se vuelve cada vez más ←12 | 13→lingüística; esquematizando al máximo: ya para Nietzsche, todo el lenguaje es metafórico y por tanto, no hay escapatoria posible o posibilidad para un nuevo pensamiento salvo a través de la música; para Wittgenstein, los límites del lenguaje son los límites del mundo de los individuos, con lo cual, estos solo pueden aspirar a ampliar no su mundo sino sus “campos semánticos”. Lo que no tiene en cuenta Wittgenstein es que, en todo caso, la idea misma de campo semántico es impensable fuera de un sistema con unas relaciones sociales literales, esto es: entre sujetos que buscan trascendencia en el conocimiento empírico de sí mismos, y en concreto en su condición de sujetos lingüísticos/comunicativos.
Pero la teoría de la traducción se inscribe dentro de los límites del empirismo más estricto, y por tanto tiene que lidiar con la lábil noción de significación (u ostensibilidad) frente a la de mera codificación, y solo puede hacerlo estableciendo lo literal como lo opuesto a lo metafórico. Así pues, lo idiomático tan solo remitiría a la realidad tópica de la significación, es decir, al hecho de que algo se dice y se entiende (significa) de una determinada manera allí donde se dice. Pero, como bien hizo notar John Rutherford (1988: 14–15), avezado traductor de La Regenta al inglés, lo idiomático se resiste a ser entendido incluso cuando adopta forma literal: considérese, por caso, una expresión literal a la par que idiomática como “the cat on the mat”. Incluso sin sacarla de contexto, nos encontramos aquí (al intentar traducirla al español) no solo con el problema de la ambigüedad verbal/temporal (¿el gato se sentó, se sentaba?) sino con que su literalidad es inseparable de lo que el sintagma sugiere a un hablante británico frente a lo que entiende uno hispanohablante, a saber: la imagen de un ambiente hogareño, familiar, tranquilo, que representa el gato en inglés no es la del “gato en la esterilla” española, algo bien distinto, y aun inquietante: ¿qué hace el gato ahí?, ¿está vivo?, ¿muerto?
Naturalmente, dentro de los límites fraseológicos/idiomáticos de la textualidad, el insulto sería asimismo metafórico y tópico y por tanto imposible de traducir. Claro es, puede haber formas importadas o asimiladas del insulto, y la “dictadología tópica” (Cela 1998) se refiere siempre al otro1, pero, por lo general, el calificativo idiomático pone en movimiento toda una constelación de referencias, denotaciones y connotaciones ad hoc, y por tanto su función puede decirse que es plenamente deíctica. Eso está claro. Pero, venimos insistiendo en que hablar de formas y funciones, incluso contextualizándolas, es caer en el juego ←13 | 14→fenomenológico/empirista que hace abstracción de la historicidad de todo producto cultural. Por nuestra parte, diremos simplemente que el insulto, su sentido, es siempre ideológico: el insulto entre sujetos supuestamente libres e iguales nada tiene que ver con el insulto entre señores y siervos, o el pronunciado entre amos o esclavos. A este respecto sería interesante estudiar el insulto en las “formaciones sociales de transición” (Rodríguez 1990) de un modo de producción a otro, para así no quedarse en el mero dato erudito, esto es, para llegar al por qué y no solo al qué de las peculiaridades o los cambios semánticos, etc. (cfr. Albuixech 2001)
Details
- Pages
- 214
- Publication Year
- 2020
- ISBN (PDF)
- 9783631831366
- ISBN (ePUB)
- 9783631831373
- ISBN (MOBI)
- 9783631831380
- ISBN (Hardcover)
- 9783631795736
- DOI
- 10.3726/b17640
- Language
- Spanish; Castilian
- Publication date
- 2020 (August)
- Published
- Berlin, Bern, Bruxelles, New York, Oxford, Warszawa, Wien, 2020. 214 p., 5 il. blanco/negro.