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Feminismos, violencias y redes sociales

Prácticas y estrategias iberoamericanas contra los discursos del odio

by Inmaculada Postigo Gómez (Volume editor) Teresa Vera Balanza (Volume editor) Ruth de Frutos García (Volume editor)
©2022 Edited Collection XII, 326 Pages
Open Access

Summary

¿Cuáles son las principales herramientas comunicativas de los movimientos feministas en Iberoamérica? ¿Qué papel juega la comunicación en la cuarta ola? ¿Cómo se articulan las contranarrativas a los discursos del odio digitales contra activistas y comunicadoras? Las investigaciones en comunicación y género de este libro permiten observar cómo se están produciendo avances a ambos lados del Atlántico, que dialogan sobre el espacio digital como un lugar de disputa discursiva y el rol fundamental de los movimientos feministas y las profesionales de la comunicación en la actualidad.

Table Of Contents

  • Cubierta
  • Título
  • Copyright
  • Sobre el editor
  • Sobre el libro
  • Esta edición en formato eBook puede ser citada
  • Índice
  • Lista de figuras y tablas
  • PARTE 1. FEMINISMO Y REDES SOCIALES DESDE LA MIRADA ESPAÑOLA
  • 1. La cuarta ola feminista a través de la ilustración: ¿qué pautas de identidad y sociabilidad emergen en redes sociales? (Ruth de Frutos (Universidad de Málaga, España) Inmaculada Postigo (Universidad de Málaga, España) Teresa Vera (Universidad de Málaga, España))
  • 2. Combatir las violencias machistas a través de la ilustración en las redes sociales (Emelina Galarza Fernández (Universidad de Málaga, España) Inmaculada Sánchez-Labella Martín (Universidad de Sevilla, España) Esther Simancas González (Universidad de Cádiz, España))
  • 3. El algoritmo no entiende la ironía. Contrarrelatos feministas sobre las autorrepresentaciones en redes sociales (Concha Barquero Artés (Universidad de Málaga, España) Alejandro Alvarado Jódar (Universidad de Málaga, España) Victoria Maureira Sáez (Universidad de Málaga, España))
  • 4. Mi pluma es política: apropiaciones no occidentales del drag (Abed Al Wahab Kassir (Universitat Rovira i Virgili, España) Cilia Willem (Universitat Rovira i Virgili, España) Iolanda Tortajada (Universitat Rovira i Virgili, España))
  • 5. El Día del Orgullo LGTBIQ+: un valor al alza para las marcas en Instagram (Inmaculada J. Martínez (Universidad de Murcia, España) Anna Zaera Bonfill (Universitat Rovira i Virgili, España), Alejandra Hernández Ruiz (Universidad de Alicante, España))
  • 6. La dimensión educativa del produsage juvenil en las redes sociales para la sensibilización sobre la violencia machista (Laura Triviño Cabrera (Universidad de Málaga, España) Elisa Isabel Chaves Guerrero (Universidad de Málaga, España))
  • PARTE 2. FEMINISMO Y REDES SOCIALES DESDE LA MIRADA LATINOAMERICANA
  • 7. Incremento de violencias en la región. Retos y desafíos desde los feminismos latinoamericanos (Noelia Correa García (Universidad de la República, Uruguay) Astrid Gutiérrez (Universidad Nacional Autónoma de México, México) Alicia Hopkins (Universidad del Claustro de Sor Juana))
  • 8. Violencia digital contra las mujeres en México (Aimée Vega Montiel (Universidad Nacional Autónoma de México, México) Daniela Esquivel Domínguez (Universidad Nacional Autónoma de México, México) Carolina Pacheco Luna (Universidad Nacional Autónoma de México, México))
  • 9. Prácticas y estrategias contra la violencia de género en las aulas virtuales. Los casos de México y Colombia en el contexto de pandemia (Sandra Ivette González (Universidad Nacional Autónoma de México, México) Malely Linares Sánchez (Universidad de Málaga, España))
  • 10. Defender los derechos de las mujeres transitando un camino violento: historias, agencia y transformación en el activismo feminista en las redes sociales en Costa Rica (Yanet Martinez Toledo (Universidad de Costa Rica) Paola Jinesta Aguilar (Universidad de Costa Rica))
  • 11. Discursividades feministas durante la revuelta popular chilena de 2019 (Javiera Olivares Mardones (Universidad de Santiago, Chile))
  • 12. Comunicación y estructuras de poder en las violencias digitales de género en Brasil (Graciela Natansohn (Universidade Federal da Bahia, Brasil) Thiane Neves Barros (Universidade Federal da Bahia, Brasil) Geisa Santos da Silva (Universidade Federal da Bahia, Brasil))
  • PARTE 3. FEMINISMOS Y REDES SOCIALES: DE LA INVESTIGACIÓN A LA IMPLICACIÓN
  • 13. Violencias, juventud y redes: De la revisión bibliométrica al compromiso investigador (Trinidad Núñez Domínguez (Universidad de Sevilla, España) Carmen Romo Parra (Universidad de Málaga, España) Lucía Sell Trujillo (Universidad de Sevilla, España))
  • 14. Testimonios de las violencias machistas desde una dimensión ética: el espacio digital como lugar de disputa discursiva (Sonia Núñez Puente (Universidad Rey Juan Carlos, España) Diana Fernández Romero (Universidad Rey Juan Carlos, España))
  • Acerca de las y los autores

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Figuras y tablas

Figuras

Figura 1.1. Uso de redes sociales de la generación Z y los Millenials

Figura 1.2. Página web del I Congreso Internacional de género, comunicación y violencias

Figura 2.1. Comportamientos machistas

Figura 2.2. Violencia que sufren las mujeres sin hogar

Figura 2.3. Ciberacoso

Figura 2.4. “Espaguetis”

Figura 2.5. Justicia para Verónica

Figura 2.6. Denuncias falsas

Figura 2.7. Violencia en las parejas

Figura 2.8. Ninguna niña sueña con ser prostituta

Figura 5.1. Cuenta de Instagram de Burger King

Figura 5.2. Post de cuenta de Instagram de Burger King

Figura 5.3. Post de cuenta de Instagram de Mango

Figura 5.4. Post 1 de cuenta de Instagram de Vodafone

Figura 5.5. Post 2 de cuenta de Instagram de Vodafone

Figura 5.6. Post 3 de cuenta de Instagram de Vodafone

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Figura 5.7. Post 4 de cuenta de Instagram de Vodafone

Figura 5.8. Post 5 de cuenta de Instagram de Vodafone

Figura 8.1. Hilo de tweets sobre discurso de odio sexista

Figura 11.1. General Baquedano Travestido

Figura 11.2. Gabriela Mistral

Figura 11.3. Ni yuta ni tuya

Figura 11.4. Nota. Performance “Un violador en tu camino” [Video].

Figura 11.5. Yeguada latinoamericana

Figura 11.6. Mujeres

Tablas

Tabla 1.1. Listado de las 25 ilustradoras españolas con más seguidores en Instagram

Tabla 1.2. Diez ilustradoras españolas con más seguidores en Instagram

Tabla 1.3. Principales temáticas de las ilustraciones analizadas entre 2018 y 2020

Tabla 1.4. Conocimiento de las ilustradoras

Tabla 2.1. Relación de publicaciones

Tabla 2.2. Representación de cada tipo de violencia según Moderna de Pueblo

Tabla 2.3. Representación de cada tipo de violencia según Flavita Banana

Tabla 2.4. Representación de cada tipo de violencia según Feminista Ilustrada

Tabla 6.1. Clasificación de Violencias en la primera parte del texto multimodal

Tabla 6.2. Clasificación de Violencias en la segunda parte del texto multimodal

Tabla 13.1. Revistas objeto de análisis

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Tabla 13.2. Corpus. Desglose por revistas y año

Tabla 13.3. Corpus. Desglose por revistas y temáticas

Tabla 13.4. Aspectos generales de contenido en Communication & Society

Tabla 13.5. Aspectos generales de contenido en Comunicar

Tabla 13.6. Aspectos generales de contenido en Chasqui

Tabla 13.7. Aspectos generales de contenido en Latina de Comunicación social

Tabla 13.8. Aspectos específicos de contenido (I) en Communication & Society

Tabla 13.9. Aspectos específicos de contenido (I) en Comunicar

Tabla 13.10. Aspectos específicos de contenido (I) en Chasqui

Tabla 13.11. Aspectos específicos de contenido (I) en Latina de Comunicación social

Tabla 13.12. Aspectos específicos de contenido: transferencia en Communication & Society

Tabla 13.13. Aspectos específicos del contenido: transferencia en Comunicar

Tabla 13.14. Aspectos específicos de contenido: transferencia en Chasqui

Tabla 13.15. Aspectos específicos de contenido: transferencia en Latina de Comunicación social

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La cuarta ola feminista a través de la ilustración: ¿qué pautas de identidad y sociabilidad emergen en redes sociales?

Ruth de Frutos

Universidad de Málaga

Inmaculada Postigo

Universidad de Málaga

Teresa Vera

Universidad de Málaga

Resumen

Este capítulo es fruto de los resultados del proyecto de I+D+i “Produsage juvenil en las redes sociales y manifestaciones de las desigualdades de género: nuevas formas de violencia”. En él se aborda, a través de las creaciones de ilustradoras feministas y de sus interacciones con los y las usuarias en las redes sociales, cómo estas prácticas discursivas resultan fundamentales, no solo por su intensidad y frecuencia de uso, sino también por su importancia en la construcción identitaria y en las pautas de sociabilidad de los y las jóvenes.

Introducción : La ciberviolencia como forma de violencia de género

La violencia en las redes sociales es esencialmente simbólica (Flores y Browne, 2017) y revela un proceso complejo en el que emergen la desigualdad social y los estereotipos. Estas dinámicas pueden asociarse al paradigma de dominación, tal y como fue definido por Bourdieu (2000, 1997). Además, las imágenes de violencia poseen más visibilidad y mayor distribución, expansión o proliferación, pues el medio actúa como elemento facilitador y de inmediatez.←3 | 4→

Los estereotipos y la violencia de género perviven en las redes sociales, donde la juventud busca validarse entre sus pares a través de la objetivización del cuerpo, respondiendo a los cánones estéticos establecidos por la sociedad patriarcal. Esta violencia virtual, que puede ir desde la más abyecta a la más tenue, pasa desapercibida o se naturaliza, pero se hace presente de manera constante a lo largo del tiempo. Circunscrita a las redes, los y las jóvenes parecen no ser conscientes de la gravedad de todas estas expresiones de violencia simbólica, y tienden a negarlas y/o a justificarla en la autonomía del uso de las redes o en el aparente anonimato de las situaciones, lo que ha derivado en una preocupación por definir y prevenir los riesgos de esta violencia online (véase, entre otros, Marwick y Boyd, 2014; Livingstone, 2013).

El aumento de la violencia en línea contra las mujeres 1y el colectivo LGBTIQ+ en España ha sido denunciado en los últimos años por distintas autoridades, organizaciones de la sociedad civil y miembros de la academia.

El alcance cada vez más amplio de internet, la rápida propagación de la información móvil, y el uso generalizado de las redes sociales, combinados con la actual pandemia de violencia contra mujeres y niñas, han contribuido a que la ciberviolencia contra estos grupos de población se haya convertido en un problema creciente de proporciones mundiales y con consecuencias económicas y sociales potencialmente significativas. (Instituto Europeo de la Igualdad de Género, EIGE, 2017, p. 1)

Además, la crisis sanitaria, social y económica derivada de la Covid-19 ha evidenciado aún más las repercusiones diferentes en las mujeres y en los hombres, existiendo la “necesidad urgente de comprender esta dimensión de género y de tenerla en cuenta en las respuestas políticas (EIGE, 2021). Dicha necesidad ya fue uno de los principales resultados de la Encuesta europea sobre violencia contra las mujeres elaborada por la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA, según sus siglas en inglés), que advertía que un 11% de las mujeres de la Unión Europea (UE) habían recibido mensajes de correo electrónico o SMS no deseados, ofensivos y sexualmente explícitos, o insinuaciones inapropiadas u ofensivas en las redes sociales, y un 5% habían experimentado una o varias formas de ciberhostigamiento2 desde los 15 años de edad (FRA, 2014, p. 87).

Si bien no existen investigaciones posteriores que permitan observar la evolución en la UE del fenómeno, las tendencias en cuanto a la cifra de víctimas en el transcurso del tiempo, la prevalencia o el impacto de la ciberviolencia contra mujeres y niñas (CVMN, en términos del EIGE), se observaron resultados similares a escala nacional, incluso antes de la expansión del virus SARS-Cov-2. En el mismo sentido y para el Estado español, la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer (2019) computó el acoso reiterado (stalking) con una frecuencia del 15,2%, situación que en el 3,7% de los casos se venía produciendo desde la infancia.←4 | 5→

Según el Informe de la Evolución de los Delitos de Odio del Ministerio del Interior (Gobierno de España, 2020), los delitos e incidentes de odio aumentaron en un 6,8% en 2019 con respecto al año anterior. En concreto, el total de delitos e incidentes de odio registrados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad a lo largo de ese año en España ascendieron a 1.706 hechos, frente a 1.598 registrados en 2018.

El aumento de la violencia de género en general y de la violencia de género en línea afectan especialmente a mujeres3 que luchan por sus derechos, que pertenecen a colectivos vulnerabilizados o que atienden a sus reivindicaciones, siendo víctimas de violencias online como resultado de sus vindicaciones feministas, por el cuestionamiento de los roles de género y por las violencias que sustentan los privilegios masculinos (Serra, 2018).

En el marco del aumento de las agresiones en línea y el firme compromiso de la lucha contra los discursos del odio en redes sociales, el proyecto “Produsage juvenil en las redes sociales y manifestaciones de las desigualdades de género: nuevas formas de violencia” (FEM2017-83302-C3-2-P), del área temática de gestión de Estudios feministas, de la mujer y de género, del subprograma Estatal de Generación de Conocimiento del Programa Estatal de Fomento de la Investigación Científica y Técnica de Excelencia, tiene como finalidad la sensibilización social dirigida a la erradicación de la violencia machista, así como el avance en el conocimiento sobre cómo la comunicación pública a través de redes sociales entre la juventud influye en su percepción, planteando una propuesta que permita una acción socioeducativa y propicie la generación de discursos alternativos.

La cuarta ola feminista a través de la ilustración en línea

1. De la generación del #NiUnaMenos al #8M en España

El feminismo es aquella corriente de acción que plantea la igualdad de derechos para hombres y mujeres en todos los ámbitos, tanto en la vida pública como en la privada (Amorós, 2001). La historiografía de las reivindicaciones feministas ha sido tradicionalmente dividida en fases u olas que, desde el siglo XVIII hasta la actualidad, han permitido categorizar las principales características de la infinidad de propuestas, programas y formulaciones locales en su desarrollo, más allá de la inexorable búsqueda de la equidad de género.

Diversas autoras han expuesto que, en la actualidad, estamos viviendo la cuarta ola del movimiento feminista (Cobo, 2019; Galarza, 2019; Mateo, 2018; Evans y Chamberlain, 2015), como forma de conceptualizar la continuidad y el cambio en la política feminista, más allá de una cuestión generacional y/o identitaria (Cullen, 2014; Dean y Aune, 2015), considerándose el “timekeeping del feminismo” (Chamberlain, 2017, p. 45)←5 | 6→

En este sentido, la cuarta ola del feminismo es la fase de la categorización teórica del movimiento feminista que se caracteriza por la cultura de la violación, el uso de las nuevas tecnologías, el humor, la interseccionalidad y la inclusión (Sosa, Galarza y Castro-Martínez, 2019). Independientemente de su origen geográfico, objetivos y reivindicaciones, estas movilizaciones se caracterizan por una serie de dinámicas globalizadoras (Mateo 2018 ; Miyares, 2018), que se resume en:

Arranque emocional de la movilización y elaboración de marcos de injusticia; uso intensivo de la web y el teléfono móvil para la comunicación política autónoma; construcción de identidad colectiva a partir de marcos de valores y lenguaje propio del movimiento; debates sobre temas y valores en enclaves deliberativos; carácter difuso de las estructuras de movimiento y coaliciones fluidas e redes de activistas conectadas con múltiples organizaciones de naturaleza híbrida; dinámicas de capital social que combinan vínculos fuertes y vínculos débiles; acción colectiva para la ocupación del espacio público; acción política de contrapúblicos o contrahegemónica; conformación de redes con estructura de mundo pequeño y propagación de ideas por difusión en cascada o contagio de redes. (Puyosa, 2015, p. 200–201)

Junto a esta delimitación conceptual de la cuarta ola del feminismo, el contexto en el que se produce viene marcado sobre todo por el desarrollo de las nuevas tecnologías y la globalización, que han facilitado el surgimiento de la conocida como generación de #NiUnaMenos que no se quedó ceñida únicamente al acontecimiento callejero y multitudinario que tomó el espacio público y virtual el 3 de junio de 2015 en más de 120 ciudades de Argentina con reverberaciones en Europa, América Latina y el Caribe. Dicha movilización se puede caracterizar además “como heredera de ese activismo tenaz y persistente que se consolidó en los Encuentros Nacionales de Mujeres (ENM) de Argentina desde 1986” (ídem, 31), potenciando la transversalidad del movimiento por medio de las redes sociales. Cabe destacar que, si bien algunas autoras articulan la génesis de la cuarta ola en el movimiento argentino #NiUnaMenos de 2015, se ha de recordar que fue precedida por las luchas por la ciudadanía a finales del siglo XIX, el sufragio femenino a mitad de la década del XX y contra la violencia machista y el reconocimiento político en la segunda mitad del siglo XX, y es por ello por lo que puede ser considerado como un continuum de lucha por los derechos humanos en general y por los derechos de las mujeres en particular.

Entre las características de esta última ola está que, al igual que el propio #NiUnaMenos no es solo un único movimiento feminista, sino un entramado orgánico de activistas individuales, colectivos y movimientos sociales que utilizan un lema como parte de “un continuum de narraciones feministas que permiten a otras mujeres acceder a aquello que el relato oficial y patriarcal ←6 | 7→invisibiliza” (ídem, 32). Con todo, la cuarta ola que se inaugura en América Latina pasa al “feminismo para el 99 por ciento”, como lo caracterizan las académicas estadounidenses, que se concreta en el #MeToo y también en la interseccionalidad del #BlackLivesMatter en 2017 y tiene su episodio europeo en el #8M de España en 2018 (Ideograma, 2019).

En el caso concreto de España, para la ciudadanía pudiera parecer que todo nació en aquel 8 de marzo de 2018 y bajo la ola de contagio del #MeToo, pero hay que aclarar que lo acontecido fue el resultado de todo un trabajo previo también en nuestro ámbito geográfico que consiguió la eclosión en esa fecha concreta. Fueron necesarias la creación de un contexto de sensibilidad que lo posibilitara y la concurrencia de diversos factores trabajados durante años para que fuera posible (Postigo, 2019): marchas contra la propuesta de derogación de la Ley del aborto, unión de colectivos profesionales como #LasPeriodistasParamos, las negativas de participación en foros en los que no se respetaba la paridad o se silenciaban las voces de las mujeres #NoSinMujeres, la solidaridad y empatía contra las violencias #YoSiTeCreo, etc.

Los citados movimientos son importantes en el avance y en esa traducción del poder simbólico en poder político y acciones concretas, de las cuales ya se pueden observar algunos resultados. El #MeToo, se personalizó en el caso Weinstein, y luego se extendió a otras figuras de la industria de cinematográfica estadounidense y fuera de sus fronteras; el #NiUnaMenos, en Argentina y que cristaliza en España tras la indiganción de la sentencia de la Manada y el aumento de la violencia machista; las movilizaciones contra determinados nombramientos en ámbitos como la justicia (Juez Kavanaugh en el Tribunal Supremo de EE.UU.) que finalmente no dieron los resultados esperados pero que sembró la semilla; las luchas a favor de la legalización del aborto que, tras muchos intentos, acabo alcanzándose en Argentina. Las elecciones estadounidenses del 6 de Noviembre de 2018, con el incremento notable del número de mujeres electas, de perfiles diferentes a los de antaño, y fuera de los lobbies de poder establecidos:

Los gobiernos tienen que tomar partido, pero no basta sólo con pedírselo, nuestra influencia se basa en el poder popular que puede surgir, y que ya ha empezado a hacerlo, a partir de la expansión de nuestras redes, penetrando en los ámbitos internacionales (comisiones internacionales, leyes supranacionales … ), en los partidos políticos y sindicatos (ya sean mayoritarios o minoritarios), y consiguiendo intervenir en ellos para que sientan la necesidad de incluir los feminismos en sus agendas como clave que no puedan ignorar, porque así se lo exige la ciudadanía. (Postigo, 2019. p. 13)

Pero esta cuarta ola ha hecho que emerja con igual virulencia el discurso patriarcal de resistencia, con formas renovadas y bajo el camuflaje de lo que se ha venido a llamar postfeminismo, que no deja de ser una estrategia de ←7 | 8→los discursos machistas y violentos adaptados al nuevo contexto en el que se esgrime el paradigma de la libertad como valor fundamental que permite la autocosificación “voluntaria”, entre otras cuestiones, y el falso argumento de que las luchas feministas ya no tienen sentido en nuestras sociedades avanzadas pues vivimos en un mundo donde hombres y mujeres tienen los mismos derechos y oportunidades reconocidos: un entorno que se caracteriza por una incorporación engañosa de algunos rasgos del feminismo que consiste en presentarlo como un movimiento que ha visto cumplidos sus objetivos y reivindicaciones para, así, relegarlo al pasado (McRobbie, 2004).

El contexto postfeminista actual transforma profundamente los patrones de representación de las feminidades y de las masculinidades (Gill 2009b, 2007 ; McRobbie, 2004). Estas metamorfosis han sido ya exploradas en la publicidad (Gill, 2009a, 2009b; Jhally, 1995), las producciones televisivas (McRobbie, 2006), el cine (Ging, 2005) y las revistas (McRobbie, 2008; Gill, 2007), y todos estos trabajos desarrollados hasta el momento han contribuido a detectar en los medios de comunicación unas estrategias de representación consolidadas que se caracterizan por ser fuertemente contradictorias (Tortajada y Arauna, 2014):

Entre otros rasgos novedosos y estables, el posfeminismo se caracteriza por la representación de las mujeres como sujetos sexuales (que desean y que, sobretodo, quieren ser deseadas), por la sexualización de la cultura y por un énfasis en la diferencia natural entre sexos, en el individualismo y en el consumismo (Gill, 2007). Incorpora parcialmente las reivindicaciones feministas, pero lo hace redefiniendo el concepto de empoderamiento y la conexión entre consumismo y feminismo de tal modo que política y activismo quedan desplazados por conceptos menos combativos como el “estilo de vida” o la “actitud” (Lotz, 2001). El empoderamiento se entiende así como un resultado vinculado a la agencia sexual de las mujeres en un paradigma individualista, lo que lo vacía de contenido político (Gill, 2008). Bien podríamos decir con Radner (2011) que, precisamente por su inclusión de motivos individualistas y pragmáticos y del autoconvencimiento de las capacidades personales (can do) para la realización personal, las representaciones que han sido catalogadas de posfeministas deben más a una tendencia evolutiva de la construcción de la feminidad paralela al feminismo (lo que la autora denomina, a falta de un término más ajustado, neofeminismo), relacionada con la adaptación del sujeto femenino a los requerimientos del neoliberalismo.

2. Las ilustradoras para la generación Z y Millennials

En este contexto de cuarta ola feminista, distintas artistas incorporan en sus obras contenidos relacionados con los derechos humanos en general y con los feminismos en particular, pero también mensajes postfeministas. En este ←8 | 9→sentido, se puede establecer una relación directa entre las ilustradoras feministas que utilizan las redes sociales para difundir su obra y, que en paralelo, dan a conocer las vindicaciones de los derechos de las mujeres a través de su trabajo artístico, pero tomando en consideración si dichas vindicaciones no caen en el postfeminismo tal como lo acabamos de definir.

El vínculo de estas ilustradoras con sus comunidades virtuales mediante el dibujo, como lenguaje universal transmitido por las plataformas digitales, permite un acercamiento a conceptos propios de esta última parte del feminismo a las nuevas generaciones, entre las que destacan la generación Millennial y generación Z. Si bien se considera Millennial a toda aquella persona que alcanzó la mayoría de edad alrededor del año 2000; la generación Z, también conocida como los post-millennials o la iGeneración, es inmediatamente posterior y tiene usos digitales diferentes.

Figura 1.1.Uso de redes sociales de la generación Z y los Millennials

Fuente: IABSpain, 2021.

Para la juventud española de entre 15 y 30 años, Instagram es la red social más utilizada y continúa creciendo, dado su claro carácter transversal. Según informa el XII Estudio de redes sociales 2021 (IABSpain, 2021), un 93% de las personas entre 16 y 24 años y un 75% de entre 25 y 40 años utilizan Instagram, consolidándose como la tercera red más conocida tras Facebook y WhatsApp. De hecho, WhatsApp e Instagram son las redes sociales con mayor uso durante el año pasado alcanzando, en el caso de esta última, una hora con 28 minutos de media diaria.←9 | 10→

Details

Pages
XII, 326
Year
2022
ISBN (PDF)
9781433191046
ISBN (ePUB)
9781433191053
ISBN (MOBI)
9781433191060
ISBN (Softcover)
9781433191039
DOI
10.3726/b18689
Open Access
CC-BY-NC-ND
Language
Spanish; Castilian
Publication date
2022 (June)
Keywords
Feminismos Comunicación violencias género activismo movimientos feministas redes sociales discursos de odio Feminismos, violencias y redes sociales Prácticas y estrategias iberoamericanas contra los discursos del odio Inmaculada Postigo Gómez Teresa Vera Balanza Ruth de Frutos García
Published
New York, Bern, Berlin, Bruxelles, Oxford, Wien, 2022. XII, 326 p., 25 il. blanco/negro, 25 tablas.

Biographical notes

Inmaculada Postigo Gómez (Volume editor) Teresa Vera Balanza (Volume editor) Ruth de Frutos García (Volume editor)

Inmaculada Postigo Gómez es Dra. en Comunicación y Decana de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga (España). Coordina la red IBERFEMCOM.ES, dirige la sección de Género y Comunicación de la AE-IC, y es la responsable del grupo de investigación Feminismo, Comunicación y Cooperación para la Justicia Social (FEMCOM). Teresa Vera Balanza es Dra. y Vicedecana de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga (España). Ha coordinado para el área de España el GMMP de 2020. Forma parte del Seminario de Estudios interdisciplinarios de la Mujer y del Instituto Universitario de Investigación de Género e Igualdad de la Universidad de Málaga. Ruth de Frutos García es Dra. y profesora de Periodismo de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga (España). Fundadora del medio de comunicación La Poderío y colaboradora en otros medios como Píkara Magazine. Es consultora para la organización de libertad de expresión Article 19.

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