Una civilización juvenil en la Edad Moderna

Esta monografía pretende dar un paso más en los estudios sobre la juventud en el Antiguo Régimen, replanteando una línea de investigación que coloque en el centro del debate historiográfico a aquella amplia mayoría social que superó la infancia y que todavía no vivía una etapa vital de madurez–vejez legal plena.

Y es que, en aquel mundo de adultos, la cuestión de la edad resulta capital para comprender la evolución reformada de las sociedades europeas durante el Antiguo Régimen en su tránsito hacia un individualismo menos sujeto a las simples decisiones e intereses paternos, pero igual de controlado por los poderes familiares, comunitarios y estatales de cara al reforzamiento de unos principios civilizatorios más modernos. Por eso, entre las líneas de análisis e ideas fuerza a destacar subrayamos las siguientes:

Sabemos aún muy pocas fechas precisas (edades que no terminen en cero) atestiguadas por la documentación de la época y, sin embargo, debemos introducir este concepto de juventud dentro de las premisas metodológicas y ←9 | 10→de análisis histórico en nuestro pasado común para comprenderlo cada vez mejor: ya constituyen el centro de los sondeos de los proyectos de investigación que enmarcan y alumbran esta moderna vía historiográfica de acercamiento a lo Social con mayúsculas desde la Historia de la Vida Cotidiana¹. Desde estas perspectivas, estamos aprendiendo a utilizar el plural, los plurales, a la hora de valorar al conjunto familiar castellano de Antiguo Régimen.

Así, las desigualdades, contrastes y rebeldías (los conflictos intergeneracionales) resultan claves interpretativas básicas para el acercamiento cualitativo a la evolución de la civilización hispana entre 1450 y 1850 desde una óptica juvenil (diversas juventudes) en esa escalera de la vida (y no solo un progreso tranquilo, año a año, siempre ordenado y coronado en la cincuentena) que grabara hacia 1760 Baltasar de Talamantes (imagen inicial)².

Desde esos términos con los que nos gusta presentar nuestra visión del proceso histórico moderno castellano (civilización, desigualdad, conflicto intergeneracional y rebeldía al considerar las poliédricas formas del contraste social pretérito) y con el objetivo final de marcar los momentos y definir las pautas de aquel progreso cultural de lo individual desde el marco de lo joven, las cuestiones a replantear ahora y aquí abordadas son numerosas y enriquecedoras, aunque seguro que requerirán de futuras aproximaciones que enriquezcan el panorama actual³. Las resumimos.←10 | 11→