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La mirada irónica de Ramon Calsina Baró: sus ilustraciones para Cervantes y Poe

by Fernando González Moreno (Author) Margarita Rigal Aragon (Author) Alejandro Jaquero Esparcia (Author)
©2023 Monographs 278 Pages

Summary

La presente monografía está destinada a reivindicar una figura poco conocida del panorama artístico español fuera de Cataluña: Ramon Calsina Baró (1901-1992), un pintor difícil de encuadrar, lo que no le impidió desarrollar una notable e influyente trayectoria. Para ello nos centramos en dos de sus aportaciones como ilustrador: por un lado, inspiradas en Don Quijote, las litografías publicadas por Osa Menor (1958) y las ilustraciones editadas por Nauta (1967) y, por otro, los dibujos basados en la obra literaria de Edgar A. Poe (dieciocho dibujos “preparatorios” y las viñetas definitivas publicadas por Nauta en 1971). Es esta la primera vez que se publican al completo y de manera conjunta las dos series de dibujos originales.

Table Of Contents

  • Cubierta
  • Título
  • Copyright
  • Sobre el autor/el editor
  • Sobre el libro
  • Esta edición en formato eBook puede ser citada
  • Índice
  • Prólogo
  • Introducción
  • 1. La mirada crítica ante el arte y la literatura: una biografía de Ramon Calsina Baró
  • 2. Calsina ante el Quijote: el reto de ser original
  • 3. Retráteme Calsina, que no me maltrata
  • 4. La irrupción de Poe en España: primeras interpretaciones visuales
  • 5. Calsina y Poe: una afinidad artístico-literaria
  • Bibliografía
  • Anexo de ilustraciones

Ramon Calsina Garcés

Fundació Ramon Calsina

Prólogo

Jo vaig néixer dibuixant, com un altre neix geperut.

Yo nací dibujando, como otro nace jorobado.

(Ramon Calsina Baró)

Ha sido muy gratificante conocer a Margarita Rigal Aragón, doctora en Filología Inglesa, y a Fernando González Moreno, doctor en Historia del Arte, ambos profesores de la Facultad de Humanidades de Albacete, en la Universidad de Castilla-La Mancha, por sus cualidades personales. La satisfacción aumenta cuando esta amistad ha sido a través del común interés y entusiasmo hacia la obra de nuestro padre, el artista plástico Ramon Calsina Baró. Ellos son estudiosos de Edgar Allan Poe y de Miguel de Cervantes y comprendieron la dimensión estética y única de las ilustraciones que Calsina hizo sobre unos cuentos del escritor americano y del Quijote.

Nos satisface ver en este libro una parte de la extensa obra de nuestro padre. Una parte que une estrechamente sus afinidades con las de Margarita Rigal y Fernando González. Por un lado, la pasión común con el genio de Poe y, por el otro, el amor hacia tan ilustre paisano manchego, el entrañable Don Quijote de la Mancha. Pero, sobre todo, nos satisface porque mostrar y divulgar la obra de Ramon Calsina Baró ha sido un objetivo al que hemos dedicado muchos esfuerzos y entusiasmo, con desigual éxito.

Cuando en el ya lejano 1992 nos dejó, tuvimos la sensación de que su extensa obra tenía un peso artístico considerable y que, en cambio, era poco conocida. Se puede pensar que en esta impresión había más de sentimiento filial que de realidad. Para desmentirlo contábamos con el impacto que produce la contemplación de sus obras. Nos daba la sensación de que más que una herencia, con su obra, nos había dejado una responsabilidad. Para nosotros la finalidad de sus cuadros y dibujos es su contemplación; la intención del artista es explicar, transmitir una impresión, generar un sentimiento y para esto es necesario encarar la obra con el espectador.

Por diversas causas la obra de Ramon Calsina quedó reducida a un ambiente muy local y este contacto ha sido demasiado limitado. No nos guía el objetivo de conseguir un reconocimiento de su nombre, ni elevar la cotización de su obra. A todo esto ya renunciamos y es una liberación. Llegó un momento en el que la familia y un reducido grupo de incondicionales decidimos crear una fundación como una manera de formalizar nuestro objetivo. Y a esto dedicamos nuestros esfuerzos y, cuando lo conseguimos, como ahora, con la participación en la publicación de este libro, nos sentimos muy complacidos. Por todo ello, nuestro agradecimiento más sincero a la Universidad de Castilla-La Mancha y a los estimados Margarita y Fernando y a su equipo, que lo han hecho posible.

Ramon Calsina Baró (1901–1992) vivió 91 años. Fue una larga vida dedicada intensamente a su vocación, fueron muchas las exposiciones que realizó, la gran mayoría en su Barcelona. Entre la gran cantidad de críticas y comentarios sobre su obra que se han escrito destacan en especial dos temas: el primero es casi unánime, que Calsina es un artista con un gran dominio del oficio, en todas las facetas que lo constituyen; el segundo, sobre todo en los últimos años de su vida y hasta la fecha, es el lamento de que, a pesar de su valía, es un artista olvidado, al que no se le ha hecho justicia, que no tiene el reconocimiento que se merece. Hay diversas causas que lo explican. Calsina es un artista que combina una fuerte personalidad con una imaginación desbordante y una intención, podríamos decir, de denuncia; esta mezcla nos lleva a una obra que siempre ha resultado inclasificable. Otra razón fueron las circunstancias históricas, tanto del país como de la evolución de las artes plásticas. Y, finalmente, la fuerte personalidad artística fue paralela a unas enérgicas e intransigentes convicciones que no ayudaban a una proyección pública.

Ramon Calsina Baró nace el 26 de febrero de 1901 en la calle Castanys n.º 13, en la panadería que tenían sus padres, delante mismo del Mercado de la Unió del barrio del Poblenou. Nacer en este lugar tiene una especial importancia en su vida, porque fue su Circunstancia. Prueba de cómo esto le marcó especialmente es que, en su madurez, aquel escenario y sus habitantes tienen una presencia muy destacada en muchas de sus obras. Esta presencia fue la causa de que, en el año 2001, en el centenario de su nacimiento, le pusieran su nombre a una recién remodelada plaza.

El Poblenou formaba parte del pueblo llamado Sant Martí de Provençals, que en el año 1897 fue incorporado a Barcelona. A mediados del siglo xix, empezaron a instalarse, en aquella gran llanura, fábricas de indianas que necesitaban espacio y, sobre todo, agua que allí era abundante. Además, los terrenos eran asequibles. Más tarde se fueron añadiendo otras empresas textiles y siguieron todas las demás. En el año 1888 se registraron en aquel entorno 243 fábricas. Las calles sin asfaltar se llenaban de barro cuando llovía, seguían trazados irregulares obstaculizados por las fábricas que convivían con las viviendas de los obreros que en ellas trabajaban, junto con los humos, los malos olores y las nubes tóxicas que generaban las muy diversas empresas. En aquella época, la industrialización en Cataluña se produjo en muchas partes del territorio, pero a principios del siglo xx Sant Martí de Provençals era la concentración industrial más grande de todo el estado español y por esto se le llamaba el Manchester catalán.

Aquella abundancia de fábricas trajo avalanchas de gente que venía de la Cataluña rural, atraídos por un sueldo fijo que les parecía mejor que las incertidumbres de la vida de agricultor, y también de todos los puntos de España, buscando una vida mejor. Las condiciones del obrero eran muy duras, con jornadas de once y doce horas diarias y fiesta el domingo. Las viviendas eran humildes, las familias generalmente tenían muchos hijos y el dinero apenas llegaba para cubrir las mínimas necesidades; esto obligaba a las mujeres a trabajar y los hijos dejaban pronto la escuela para entrar en el mundo laboral.

Toda aquella concentración de fábricas y talleres era un triunfo del progreso, de la voluntad y la inteligencia que se arriesga y es capaz de desarrollar una fuerza extraordinaria. Pero faltaba algo, que aquel progreso tuviera alma. El sentimiento, la caridad, la solidaridad, la dignidad. El desequilibrio era evidente: aquella sociedad debía avanzar hacia un nivel de justicia social superior. La toma de conciencia de los obreros empujaba a las reivindicaciones y a propiciar cambios en la sociedad. Allí en el Poblenou, aquella necesidad era muy evidente y el ambiente estaba lleno de inquietudes sociales, culturales, políticas y también de dureza y violencia.

Todas las personas, cuando nacen, llevan en esencia una personalidad, que irá aflorando y que, para la mayoría de los mortales, es un misterio, pero se necesita mucha candidez para pensar que esta personalidad es producto de la genética y del azar. Lo que no hay duda es que cada alma es diferente. Tampoco puede haber ninguna duda en entender que el ambiente donde uno abre los ojos, padres, hermanos, sociedad, circunstancia social, económica, religiosa, tiene un peso considerable, aunque no definitivo, para moldear la conciencia, que es la herramienta de que se valdrá aquella esencia primera para formar la personalidad completa con la que afrontará su existencia.

Este fue el escenario donde nació Ramon Calsina Baró. En una familia que no pasaba las estrecheces económicas de muchas de su entorno, pero condicionada totalmente por el ritmo constante a que obligaba la fabricación y la venta del pan. El ambiente familiar era de austeridad, de una cierta severidad, que tenía que ver con la estricta religiosidad de la madre, una religiosidad regida por los dogmas y preceptos de la Iglesia Católica que dominaba sobre la actitud más relajada del padre, el cual pasaba la noche trabajando en el obrador, mientras la madre lo hacía durante el día en la tienda. La casa donde vivían no era muy adecuada para tener intimidad, demasiado pequeña para tanta familia y el negocio. Los padres, siempre atareados, no tenían tiempo para prestar atención suficiente a cuatro hijos y, además, a los pequeños grandes problemas que planteaba la vida a uno de ellos, el futuro artista con sus especiales complicaciones.

Details

Pages
278
Year
2023
ISBN (PDF)
9783631903377
ISBN (ePUB)
9783631903384
ISBN (Hardcover)
9783631903148
DOI
10.3726/b20911
Language
Spanish; Castilian
Publication date
2023 (October)
Keywords
Calsina Quijote poe nauta ilustraciones
Published
Berlin, Bern, Bruxelles, New York, Oxford, Warszawa, Wien, 2023. 278 p.

Biographical notes

Fernando González Moreno (Author) Margarita Rigal Aragon (Author) Alejandro Jaquero Esparcia (Author)

Fernando González Moreno es Profesor Titular de Historia del Arte en la Facultad de Humanidades de Albacete (Universidad de Castilla-La Mancha, España). Entre sus principales líneas de investigación se encuentra la historia del grabado, de la estampa y del libro ilustrado, en concreto, del Don Quijote. También ha trabajado la recepción ilustrada de la obra de Edgar A. Poe y de Frankenstein de Mary Shelley. Margarita Rigal Aragón es Profesora Titular del Departamento de Filología Moderna en la Facultad de Humanidades de Albacete (Universidad de Castilla-La Mancha, España) especializada en literatura norteamericana y, en concreto, en la obra de Edgar A. Poe. Actualmente y desde su fundación es la Presidente de la «Edgar Allan Poe Spanish Association». Alejandro Jaquero Esparcia es Profesor Contratado Doctor de Historia del Arte en la Facultad de Filosofía y Letras (Universidad de Extremadura, España). Su línea principal de investigación es el estudio de la literatura artística en la Edad Moderna y sus correspondientes aplicaciones teóricas (poemas didácticos sobre las artes) o prácticas (pintura decorativa y arquitecturas fingidas).

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