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Insurrección nativa

Antropofósiles, inhumanismo y especulación

by Claudio Canaparo (Author)
©2024 Monographs XII, 316 Pages

Summary

Este libro parte del principio que la especulación consiste en una cuestión de inteligibilidad, lo cual se acentúa en los ámbitos periféricos del planeta y, más aún, bajo las condiciones actuales del Antropoceno. Cómo, cuándo y por qué se construye una inteligibilidad determinada es la manera en que en este trabajo se ha afrontado la cuestión del colonialismo y del poscolonialismo. Es a partir de una reversión de la noción tradicional de etnografía que mayormente este escrito ha sido realizado y sus derivas consideradas. La cuestión no es sólo que la periferia planetaria demanda nuevas formas de entendimiento, sino asimismo, como conjetura Eduardo Viveiros de Castro, es la noción misma de entendimiento que al mismo tiempo debe modificarse.

Table Of Contents

  • Cubierta
  • Título
  • Copyright
  • Sobre el autor/el editor
  • Sobre el libro
  • Esta edición en formato eBook puede ser citada
  • Tabla de materias
  • Primera parte La muerte de Latour
  • Uno. Ontología y deixis
  • Dos. Presencia, moneda, mundos
  • Tres. La muerte como cosa
  • Cuatro. Periferia y necrofilia
  • Cinco. Lenguaje y cosas-en-sí
  • Seis. Fisidad y nominalismo
  • Siete. Inteligibilidad aborigen
  • Ocho. El palabrear metafísico
  • Nueve. Extranjería y sofística
  • Diez. Perspectivismo y pensamiento
  • Once. La periferia como perspectiva
  • Doce. Antropofósiles y porvenir
  • Apéndice. El uso del “nosotros” en Viveiros de Castro
  • En La mirada del jaguar (2013)
  • En L’arrête de monde (2014)
  • Apéndice. Encuentro imaginario con Viveiros de Castro
  • Transliterar, localizar, poblar
  • Construcción de la diferencia
  • Antropología de la antropología
  • “Indigenismo de Estado” y traición
  • Cosas y cuerpos
  • Inversión y distancia
  • Equivocación y fallos
  • Apéndice. Las márgenes europeas de lo filosófico como pensamiento periférico
  • Pensamiento vs. filosofía
  • Pos-verdad, Estado y absolutismo naturalista
  • Una política para lo especulativo
  • Out of Europe
  • Escalas y cambio
  • Apéndice. “‘Transformación’ en antropología, transformación de ‘antropología’”
  • Segunda parte La deshumanización de lo viviente
  • Uno. La cuestión especulativa como ecología
  • Dos. La obsolescencia del humanismo
  • Tres. La ininteligibilidad de lo humano-en-sí
  • Cuatro. Lo “inorgánico organizado”
  • Cinco. Lo viviente y el fin de lo humano-en-sí
  • Seis. La forma de lo viviente europeo
  • Siete. Spinozismo europeo vs. “moral de cochero” platónica
  • Ocho. La transformación de lo humano-en-sí
  • Nueve. “Fuera del suelo”
  • Diez. Tres cuestiones de antropología europea
  • Once. La vía invertida. El aquí y el allá de lo especulativo
  • Doce. Lógica ambiental de lo especulativo
  • Trece. Una continuidad paradójica
  • Catorce. Solipsismo humano y filosofía europea
  • Quince. ¿Por qué lo relacional es problemático?
  • Dieciséis. Una diplomacia de guerra
  • Diecisiete. Un planeta silencioso y tóxico
  • Dieciocho. La vejez del humanismo
  • Tercera parte Qu’est-ce que la propriété?
  • Uno. Exterioridad, afuera y especulación
  • Dos. Lo terráqueo vs. lo tecnológico humano
  • Tres. Fisidad vs. trascendencia
  • Cuatro. Humanismo vs. maquinismo
  • Cinco. Bartolomé de las Casas en el Antropoceno
  • Seis. Inhumanismo y colonización
  • Siete. Derecho natural, iluminismo y ecosistema
  • Ocho. De las encomiendas al fracking
  • Nueve. ¿Qué es la propiedad?
  • Diez. La bestialidad y el humanismo
  • Once. “C’est le vol”
  • Doce. Lo propio como ajeno
  • Cuarta parte Retorno indiano
  • Uno. Ataque al tiempo
  • Dos. Formas del agotamiento de lo humano terrestre
  • Tres. Del automaton al humanismo
  • Cuatro. Lo humano clásico de Linné a Gould
  • Cinco. Un humanismo creyente
  • Seis. Bucolismo y diplomacia
  • Siete. El alcance periférico del especismo
  • Ocho. La obsolescencia imperialista
  • Nueve. El encierro terrestre
  • Diez. La humanización del Leviathan
  • Once. Del hombre europeo al humano periférico
  • Doce. Las forestas tecnológicas y los desiertos vivientes
  • Trece. Hacia la colonización de lo viviente
  • Catorce. Lo narrativo como insurrección
  • Quince. Beligerancia, multiplicidad, paisaje
  • Dieciséis. Artificialización policial
  • Diecisiete. Fabricación atmosférica
  • Dieciocho. Humanismo y prevaricación
  • Diecinueve. La reversión periférica
  • Veinte. Ocaso de la discontinuidad doxa/episteme
  • Veintiuno. Un avenir para los nativos
  • Colonialismo y cambio climático
  • Uno. La epistemología clásica como disciplina de Estado
  • Dos. Aborígenes, indígenas y nativos en el Antropoceno
  • Tres. Una reversión de escala
  • Cuatro. Mundos y universos paralelos
  • Cinco. Gobernanza, entendimiento y transitividad
  • Apéndice. Genio y figura de la colonialidad
  • Un vocabulario subsidiario
  • La invisibilidad institucional
  • La biblioteca colonial
  • La colonialidad en Aníbal Quijano
  • La escritura de Walter Mignolo
  • Ontología en Arturo Escobar
  • Una utopía pos-indígena
  • Especulación y etnografía
  • Cuatro lecciones de antropología
  • Destrucción e inteligibilidad
  • Índice de nombres y conceptos

primera parte La muerte de Latour.
Antropología y colonialismo en la periferia

Genova, dicevo, è un’idea come un’altra.

– Paolo Conte,

Genova per noi (1975)

Uno. Ontología y deixis

La población con la que convivimos en nuestra vida ordinaria no posee ya una diferencia ontológica: el cuadro en la pared, la crema dental, un libro de Bruno Latour, una miniserie noruega en Netflix, un video de un noticiero en Argentina, un diccionario de alemán, un recital de Souad Massi, una puerta de madera, la lapicera, una botella vacía de un Aloxe-Corton de la bodega Louis Latour, un automóvil Renault Clio color blanco desde la ventana, un fallecimiento. Todo eso convive en una hora de la mañana. La muerte de Latour es el nombre con que indicaremos este principio aplicado a la problemática del colonialismo y a su relación con la especulación en el mundo contemporáneo, con esa situación biosférica que por comodidad y arreglo llamamos por el momento Antropoceno.

Si como indicara Barbara Cassin,1 la ontología es la dimensión en donde se encuentran el ser, el decir y el pensar, y también los vínculos que entre ellos se establecen y se definen mutuamente, entonces es la relación misma entre lenguaje y pensamiento lo que se halla en cuestión en dicha noción de ontología. En términos clásicos, la ontología concierne al estudio de las propiedades genéricas del ser, tales como la existencia, la duración, la posibilidad o el devenir. Por esta razón la ontología ha sido asociada a una forma de metafísica, a una “filosofía primera” en términos aristotélicos, a una scientia prima. Por ello no es casualidad que el establecimiento de la ontología en términos filosóficos, a partir del siglo XVII, coincida con el desarrollo cultural e institucional de las colonias. Como ya ha indicado Sylvain Auroux,2 la expansión colonial y el desarrollo institucional de una gramatización del lenguaje son dos fenómenos coincidentes.

La ontología ha sido cuestionada por razones religiosas (Nietzsche), de historia de la filosofía (Heidegger), por razones políticas (Sartre), por razones conceptuales y de lenguaje (Derrida), por razones historiográficas (Cassin) y por razones antropológicas (Descola). Sin embargo, existe en la periferia un cuestionamiento aún más radical: la cuestión no es la ontología como dominio o dimensión, sino la perspectiva de lo viviente que supone y que, como bien señala Cassin, vincula empleo de la lengua/palabra, subjetividad, concepción de la cosa y presencia.3 Es la conceptualización misma que la noción de ontología supone aquello que en la periferia es ininteligible en la actualidad. La ontología no puede ya ser inteligible en un mundanar (hacer mundo, mundializar) en donde lo viviente y lo no-viviente conviven en igualdad especulativa e intelectiva.

Por lo mismo, la fundación de la noción de ser a partir del principio de no-contradicción, perspectiva tradicional de la filosofía europea en términos clásicos, desde Aristóteles hasta Heidegger, presenta un obstáculo en la periferia. La idea de que “es imposible que un mismo atributo pertenezca (‘se dé’) y no pertenezca (‘no se dé’), al mismo tiempo y bajo la misma relación, a una misma cosa”, es aquello que surge como problemático.4 Esta idea de pertenencia supone una noción del ser como presencia (de un cuerpo, de un sí-mismo) y sobre la cual se puede predicar la entidad de las cosas y sobre la cual, no menos relevante, se establecerá la distinción entre viviente y no-viviente, y entre viviente humano y viviente animal, distinción que justamente en la actualidad se halla, asimismo, en tela de juicio como sustrato de lo pensable/inteligible.

La cuestión aquí reviene, como Cassin lo ha demostrado, a la relación entre ser y no-ser que la filosofía europea atribuye a la antigüedad griega, a Parménides por vía de Platón y Aristóteles. Por esta misma razón, la interpretación de la sofística de Cassin, en su estupendo libro, no es un simple argumento para helenistas, sino una descripción y análisis detallado de la manera en que la historiografía es una máquina de generar sentido y determinar valores especulativos que puede perdurar largo tiempo y obtener incluso el estatuto de evento o acontecimiento. Y por ello mismo esta maquinaria funciona en términos constructivos: es el establecimiento de los conceptos quien determina el problema. Cuya versión en la periferia se encuentra mucho mejor formulada, por ejemplo, bajo la noción de “perspectivismo” en la obra del antropólogo Eduardo Viveiros de Castro, por cuanto la misma proyecta de alguna forma las consecuencias conceptuales de esta situación: “La perspectiva es menos algo que se tiene, que se posee, y mucho más algo que tiene al sujeto, que lo posee y lo porta (en el sentido de tenir del francés), esto es, que lo constituye como sujeto. ‘El punto de vista crea al sujeto’ —ésta es una proposición perspectivista por excelencia, que distingue al perspectivismo del relativismo o del construccionismo occidentales, que afirman, por el contrario, que ‘el punto de vista crea el objeto’”.5

El perspectivismo viene, por otra parte, a justificar el hecho de que, como veremos, el pensamiento en términos periféricos es antropología: “... el perspectivismo es la antropología indígena, entiéndase la antropología hecha desde el punto de vista indígena (es el punto de vista indígena sobre la noción de punto de vista)”.6 La ininteligibilidad de la ontología clásica en la periferia conduce a plantear una reversión en el entendimiento de lo inmediato, una reversión a partir de un mundar diverso y en donde lo indígena aquí señalado, a partir del Antropoceno y por otras razones que las expuestas por Viveiros de Castro, adquiere una relevancia crucial. Tal es la hipótesis que aquí argumentaremos y que también indicaremos como la muerte de Latour.

Dos. Presencia, moneda y mundos

Ni la noción clásica de ser con relación a la palabra y a la presencia de lo viviente, ni la acepción de una simple temporalidad como continuidad, como supone la ontología, pueden ya ser atributos en los ámbitos periféricos. Por ello también resulta problemática toda analogía con la filosofía europea, su historia o sus conceptos. Cassin sitúa en el traspaso de la sinonimia presocrática (palabras diferentes, igualdad de significado) a la homonimia aristotélica (palabras iguales, significado diferente), el cambio de una ontología construida a una ontología universal y única. Es decir, que la trascendentalidad universal que supone la ontología garantizaría la distinción que las palabras por sí mismas no podrían garantizar a partir de una identidad fónica o escrituraria. Éste es justamente el problema que Jacques Derrida afrontó para la filosofía europea a partir de los años sesenta del siglo XX, eso que el propio autor de origen argelino indicó como la question.7 Derrida argumentaba en torno a dos aspectos de “la cuestión” que, según él, legitimaban la noción de logos que Cassin expone como fundante de la posición aristotélica: ¿es la forma de pregunta, la interrogación, el método más pertinente a la filosofía? Y también: ¿es la formulación del ser en términos de presencia/presente lo más pertinente a la actitud especulativa?

La existencia de una ontología clásica requiere una acepción de lenguaje que sitúa al logos como trascendencia del significado de lo dicho y escrito. Y por ello Cassin sostiene que, en términos retóricos, el consenso —el objeto de la política— es el arte mismo de homonimia aristotélica, es decir, acordar significados diferentes en las similitudes o en verosimilitudes.8 Encontrarse confrontados a un mismo significante —gráfico o fónico— que puede resultar en significados diversos es un asunto que se resuelve a partir de la comunión entre lengua, noción de ser y especulación, lo cual nos conduce al logos y ello a su interpretación en relación con la temporalidad —sea el ser pensado en términos de logos, sea el logos que es pensado en términos de ser. De Aristóteles a Heidegger: “… en fin, la elección de un modelo del tiempo: el recorrido del discurso, de cara a la presencia del presente, que acaba por hacer del existente [ek-sistant] el pastor del ser”.9

La condición de la noción clásica de ser entonces —no obstante sus meritorias inflexiones sofísticas e historiográficas— no es inteligible en la periferia: a las derivas que esta ininteligibilidad genera la hemos ya indicado como “entismo”.10 Tampoco es inteligible incluso a partir de la confirmación de la propia historia de la filosofía europea que hallamos, entre especulación y colonialismo, en el análisis de Cassin, así como ya lo habíamos evocado con anterioridad respecto de la obra de Jacques Derrida:11 “Al contrario, ‘la posesión y la potencia del discurso no se gasta/desgasta cuando nos servimos’ (…): dicho de otra manera, la verdadera riqueza, es de tener siempre un logos en la mano, de ser orador. Más wonderful que la pila Wonder, no solamente el discurso no se desgasta cuando nos servimos, sino que aumenta (…) Lo podríamos transcribir más banalmente: en términos de economía capitalista, gastar beneficia; en términos de lingüística, la competencia progresa con las performances —y no es ciertamente fortuito que en la ocurrencia los dos modos sean superpuestos”.12

Y es así como, bajo estas condiciones del ser, las “cosas en la mano” (khremata), lo que hace mundo, circulan, tienen uso determinado a partir de un valor de cambio, se miden por la moneda, se vinculan al gasto y al don, se desentienden de la acumulación.

La trascendencia que funciona como ontología clásica se asienta sobre el hecho, como destaca Cassin, de que el logos no se parece a sí mismo, y de allí la deriva de la sofística: la retórica —que aquí funcionaría asimismo como sinónimo de especulación— se beneficia de una doble temporalidad del tiempo que le es propia, es decir, progreso y presencia. En cambio, en los ámbitos periféricos, “no hay un ser, como punto natural en donde el conocimiento no sería más que un reflejo, hay actividad de los hombres para los cuales una cosa es recortada y fijada en una indeterminación anterior”.13

De forma similar a como Cassin señala el paso del empleo de la analogía a la metonimia en la antigüedad griega, como un jalón significativo en la acepción del logos, en los ámbitos periféricos, la analogía como figura de inteligibilidad del naturalismo decimonónico en tanto forma universal del pensamiento que caracterizaba sus orígenes no es ya inteligible en la actualidad, donde el Antropoceno como condición plantea una reversión que, en el mejor de los casos, se podría expresar como paradoja.14 Por ello Philippe Descola ha asociado el naturalismo a la perspectiva ontológica clásica universal que ha predominado en la especulación europea de los últimos siglos, en particular a partir que el iluminismo consagró la cientificidad como verdad única y última de lo viviente.15 Y por la misma razón en otro sitio ya desarrollamos por qué dicho naturalismo ha sido funcional a la institucionalización escolar local del colonialismo y, por ende, la institucionalización de lo especulativo.16

Details

Pages
XII, 316
Year
2024
ISBN (PDF)
9781803744872
ISBN (ePUB)
9781803744889
ISBN (Softcover)
9781803744865
DOI
10.3726/b21816
Language
Spanish; Castilian
Publication date
2024 (April)
Keywords
Epistemology Cultural Studies Peripheral Thinking Geo-epistemology History of Concepts
Published
Oxford, Berlin, Bruxelles, Chennai, Lausanne, New York, 2024. XII, 316 p., 2 tablas.

Biographical notes

Claudio Canaparo (Author)

Claudio Canaparo es licenciado en Ciencias Política, Master en Ciencias. Realizó estudios de postgrado en la Universidad de Bologna y obtuvo su doctorado en el King’s College de Londres. Ha sido profesor en King’s College London, en la Universidad de Exeter, en el Birkbeck College de Londres, en la Universidad Católica de Lovaina, en la Universidad Nacional de Quilmes, en la Académie de Bordeaux y profesor invitado en numerosas universidades europeas, Nord americanas y Sud americanas. Es autor de numerosas publicaciones, de las cuales La cuestión periférica (2021) y El fin de la naturaleza (2023) son las más recientes.

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Title: Insurrección nativa