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Relaciones intelectuales entre Nicolai Hartmann y José Ortega y Gasset en los años 1906-1914

by Dorota Leszczyna (Author)
©2023 Monographs 250 Pages
Series: Modernity in Question, Volume 20

Summary

„En este libro, Dorota Leszczyna llena un hueco profundo en nuestros conocimientos de la evolución de la historia de la filosofía de Ortega y Gasset. Existe en el orteguismo la tendencia a saltar a la absorción por Ortega de la fenomenología de Husserl, cuando este salto está mediatizado por la intervención de los neokantianos de Marburgo y sus discípulos. Sostiene la Prof. Leszczyna que el condiscípulo de Ortega Nicolai Hartmann aclara la recepción orteguiana del neokantismo marburgués y de la femomenología. Para probarlo, cita de lo que permanece intacto de la correspondencia epistolar Hartmann-Ortega. Al trazar la compleja historia del neokantismo alemán de los fines del siglo XIX y proncipios del XX, Leszczyna nos introduce a la bibliografía de los neokantianos polacos y de sus compatriotas que historian la época. He aquí un libro de lectura imprescindible para conocer a fondo los primero pasos de Ortega en la filosofía alemana“.
De la reseña de Nelson R. Orringer Catedrático Emérito de Letras Hispánicas y Comparadas, University of Connecticut (Storrs, EE.UU)

Table Of Contents

  • Cubierta
  • Título
  • Copyright
  • Sobre el autor
  • Sobre el libro
  • Esta edición en formato eBook puede ser citada
  • Índice
  • Prólogo
  • 1. Tema y objetivo del trabajo
  • 2. Génesis del trabajo
  • 3. Estado de los estudios
  • 4. Estructura del trabajo
  • Capítulo Uno El Camino A Marburgo: Nicolai Hartmann Y José Ortega Y Gasset
  • 1. Nicolai Hartmann
  • 2. José Ortega y Gasset
  • Capítulo Dos Las Bases Del Programa Del Neokantismo De Marburgo
  • 1. La génesis de la filosofía neokantiana y sus direcciones
  • 2. La escuela de Marburgo y sus fundadores
  • 2.1 El nacimiento del neokantismo marburgués. Friedrich Albert Lange
  • 2.2 El neokantismo de la escuela de Marburgo. La posición de Hermann Cohen
  • 2.3 Paul Natorp y la evolución de la filosofía marburguesa
  • Capítulo Tres Hartmann Y Ortega En Marburgo (Años 1905-1908)
  • 1. Nicolai Hartmann en Marburgo
  • 1.1. Über das Seinsproblem in der griechischen Philosophie vor Plato de N. Hartmann del año 1908
  • 2. José Ortega y Gasset en Marburgo entre los años 1906/1907
  • 2.1 Anotaciones para una lógica de la realidad de Ortega del año 1907
  • Capítulo Cuatro Hartmann Y Ortega En Los Años 1907-1910
  • 1. Correspondencia de Hartmann y Ortega de los años 1907-1910 y su contenido filosófico
  • 1.1 Cartas de Hartmann a Ortega de finales de 1907 y comienzos de 1908
  • a) Carta de Hartmann a Ortega del 16 de agosto de 1907 desde Pitkäjärvi
  • b) Carta de Hartmann a Ortega de entre diciembre de 1907 y enero de 1908 desde Riga
  • c) Carta de Hartmann a Ortega del 8 de febrero de 1908 desde San Petersburgo
  • 1.2. Cartas de Hartmann a Ortega de los años 1908-1910
  • a) Carta de Hartmann a Ortega del 19 de mayo de 1908
  • b) Carta de Hartmann a Ortega del 26 de junio de 1908
  • c) Carta de Hartmann a Ortega del 7 de noviembre de 1910
  • d) Carta de Cohen a Ortega del 14 de noviembre de 1910
  • 2. La posición filosófica de Hartmann en los años 1908-1910 sobre la base de la disertación Platos Logik des Seins del año 1909
  • 2.1 Los estudios marburgueses sobre Platón
  • a) Herman Cohen y la receta de Platón al estilo de Marburgo
  • b) «Platón prisionero», es decir, Platos Ideenlehre. Eine Einführung in den Idealismus de Paul Natorp.
  • 2.2 Valoración de la concordancia entre la teoría de las ideas de Platón y su interpretación marburguesa
  • 2.3 La interpretación de los clásicos en Hartmann según el programa de la escuela de Marburgo. Platón y su concepto del ser
  • 3. La posición filosófica de Ortega en los años 1908-1910 sobre la base del ensayo «Descartes y el método trascendental» del año 1908.
  • 3.1 El regreso de Ortega a España y el proyecto de su europeización gracias al idealismo científico
  • 3.2. La interpretación de los clásicos en Ortega según el programa de la escuela de Marburgo. En el ejemplo del ensayo «Descartes y el método trascendental»
  • Capítulo Cinco Ortega Y Hartmann En Marburgo En El Año 1911
  • 1. Regreso de Ortega a la Philipps Universtität y fundación del «Grupo de 1911»
  • 2. La continuación de los estudios filosóficos de Ortega en Marburgo. Conversaciones con Cohen y Natorp
  • 3. Conversaciones de Ortega con Hartmann en el año 1911. El idealismo alemán y la determinación de la perspectiva de los futuros estudios en este campo
  • Capítulo Seís Hartmann Y Ortega En Los Años 1912-1913
  • 1. Correspondencia de Hartmann y Ortega del año 1912 y su contenido
  • 1.1. Preparativos del Aniversario de Cohen y de su jubilación
  • a) Carta de Hartmann a Ortega desde Marburgo del 10 de enero de 1912
  • b) Carta de Natorp a Ortega (posiblemente) del 11 de marzo de 1912
  • c) Respuesta de Ortega a la carta de Natorp del 16 de marzo de 1912
  • d) Carta de Hartmann a Ortega desde Marburgo del 25 de marzo de 1912
  • e) Carta de Hartmann a Ortega de 3 de mayo de 1912
  • f) Carta de Hartmann a Ortega de julio de 1912
  • 1.2. El problema de la biología y los nuevos estudios filosóficos
  • a) Carta de Hartmann a Ortega del 13 de septiembre de 1912
  • b) Carta de Hartmann a Ortega del 26 de octubre de 1912
  • 2. Los primeros pasos de Hartmann hacia su propia filosofía. Trabajos del año 1912: «Systematische Methode» y «Systembildung und Idealismus».
  • 3. Entre la fenomenología y el neokantismo. Textos de Ortega del año 1913: «Sensación, construcción e intuición» y «Sobre el concepto de sensación»
  • 3.1. La fenomenología trascendental y su interpretación en Ideas I de Husserl
  • 3.2. El problema del conocimiento y la fenomenología. «Sensación, construcción e intuición»
  • 3.3. La percepción sensorial y la percepción de las experiencias puras. La fenomenología de Ortega en «Sobre el concepto de sensación» del año 1913.
  • Capítulo Siete Hartmann Y Ortega Y El Estallido De La Primera Guerra Mundial
  • 1. La suerte de Hartmann durante la Primera Guerra Mundial
  • 2. La pequeña guerra de Ortega
  • 2.1. Tiempo de cambios. «Meditaciones del Quijote» de Ortega del año 1914
  • 2.2. La influencia de Hartmann en «Meditaciones del Quijote» de Ortega
  • 3. En lugar del final Hartmann y Ortega: perspectiva de nuevos estudios
  • a) Coincidencias
  • b) Diferencias
  • Bibliografía
  • Índice
  • Obras publicadas en la colección

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Prólogo

1. Tema y objetivo del trabajo

Georg Wilhelm Friedrich Hegel escribió en Filosofía del derecho:

«Por lo que concierne al individuo, cada uno es, sin más, hijo de su tiempo; y, también, la filosofía es el propio tiempo aprehendido con el pensamiento. Es insensato, también, pensar que alguna filosofía pueda anticiparse a su mundo presente, como que cada individuo deje atrás a su época y salte más allá sobre su Rodas. Si, efectivamente, su doctrina va más lejos que esto, y erige un mundo como debe ser, ciertamente es posible, pero sólo en su intención, en un elemento dúctil, con el cual se deja plasmar cualquier cosa»1.

Las siguientes reflexiones presentan la génesis y el desarrollo de la relación intelectual entre dos destacados representantes de su época filosófica: Nicolai Hartmann y José Ortega y Gasset en los años 1906-1914, teniendo en consideración su correspondencia, hasta ahora desconocida y no publicada.

Hartmann y Ortega se conocieron en el año 1906 en la Philipps-Universität en Marburgo siendo jóvenes filósofos en los umbrales de su carrera académica. Por aquel entonces sus ideas todavía no estaban formadas ni precisadas. Aún estaban buscando su propia forma de pensamiento, que tuviera en consideración los problemas y desafíos esenciales en aquella época filosófica.

Encontrar un nuevo camino intelectual no fue una tarea sencilla, ante todo porque el mundo de la filosofía de aquel entonces estaba dominado por dos importantes corrientes rivales: el neokantismo y la fenomenología. La primera de ellas contaba desde hacía ya tiempo con una firme posición y se desarrollaba principalmente en el marco de dos escuelas filosóficas: la escuela de Marburgo, que daba primacía a la interpretación lógica y epistemológica de la filosofía de Kant, y la escuela de Baden, que reconocía la prioridad de la filosofía kantiana práctica y, por este motivo, era denominada neofichteanismo2. A su vez la ←11 | 12→segunda, que surgió en gran medida en la discusión con el neokantismo, estaba empezando a desplegar sus alas, atrayendo a un número cada vez mayor de jóvenes, aburridos de la rutina de las escuelas neokantianas y seducidos por el carácter abierto y la originalidad de la fenomenología.

Hartmann y Ortega no fueron capaces de entregarse totalmente ni a una ni a otra corriente. Formados filosóficamente en Marburgo por Hermann Cohen y Paul Natorp, percibieron la ausencia de un carácter sistemático de la fenomenología3. Por otra parte, al estudiar en la «fortaleza del neokantismo», experimentaron en su propia piel el hermetismo de la filosofía de sus maestros y deseaban abandonar la influencia de esa atmósfera cerrada.

Todas las anteriores circunstancias hicieron que buscasen la base para sus propios proyectos filosóficos principalmente el uno en el otro, en un grupo coetáneo, en su propia generación, compartiendo dudas y reflexiones acerca de la situación actual de la filosofía. Un ejemplo puede ser la idea del joven Hartmann de fundar, junto con otros estudiantes de filosofía de Marburgo, incluyendo a Ortega, Heinz Heimsoeth, Paul Scheffer y Władysław Tatarkiewicz, las llamadas «tardes filosóficas», en las que se estudiaban las obras de idealistas alemanes, además de las de Bergson y clásicos como Platón, Descartes, Leibniz o Kant4.

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Hartmann, algo mayor que el resto de los asistentes a las reuniones, se convirtió para ellos de forma natural en un guía por el mundo de la filosofía. Valoraban su paciencia y su carácter abierto, así como sus vastos conocimientos y su potencial filosófico. De lo importante que era Hartmann para sus compañeros de Marburgo es una prueba la carta de Ortega, dirigida a la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, es decir, a la institución que concedió al filósofo madrileño una beca para su segunda estancia en Marburgo en el año 1911. En ella destacó que las conversaciones privadas con «el joven doctor Hartmann, Privatdozent en la Universidad Philipps» significaron para él incluso más que las clases y las conversaciones con el gran Cohen5. Tampoco Hartmann permanecía indiferente ante el talento y, como solía decir, el «altruismo intelectual» del joven español6, una muestra de lo cual fue su correspondencia de muchos años, que expresa una profunda amistad y un respeto mutuo. Esta también demuestra que su filosofía nació y se formó en el marco de ese diálogo por carta, en el que tenía lugar un intercambio mutuo de pensamientos, proyectos e ideas.

El vínculo intelectual entre Ortega y Hartmann, en particular el mantenido en las hojas de las cartas, hace más comprensible la génesis de su filosofía. Muestra de dónde provienen y cómo aparecieron sus correspondientes ideas filosóficas. Presenta su desarrollo intelectual interior, en el que del idealismo científico de los maestros de Marburgo pasaron a la fenomenología, aunque interpretada en un espíritu antiidealista, para finalmente elaborar su propio programa de ejercicio de la filosofía, que en su punto de partida debía ser una filosofía más allá del idealismo y el realismo7.

←13 | 14→

En el marco de este diálogo por correspondencia comenzaron a percibir las tareas que tenía por delante la nueva época filosófica. Convirtieron en una de las más importante su giro ontológico y metafísico, que se oponía al perfil estrecho, orientado únicamente de manera lógica y epistemológica, de la filosofía de los profesores marburgueses. En este sentido, para ellos el proyecto adecuado para superar al idealismo estaba directamente relacionado con la necesidad de un renacimiento de la metafísica y la ontología, que ambos deseaban practicar en un espíritu crítico y sistemático. Este último elemento significaba ante todo alejarse del característico pensamiento sistémico de la escuela de Marburgo, en el que se trataba de crear una estructura mental compacta y cerrada, en favor de un pensamiento dirigido hacia los problemas filosóficos y la búsqueda de la verdad.8. El pensamiento sistemático no rechaza el sistema, sino que lo trata como un determinado objetivo ideal, al que merece la pena e incluso se debe aspirar. Sin embargo, su consecución no puede significar una marginalización del aspecto más importante de la filosofía, como es la búsqueda de la verdad. El sistema, en la concepción de Hartmann y Ortega, debía caracterizarse por su dinamismo y carácter abierto y además debía mostrar la capacidad de la filosofía para integrar las diferentes formas del ser y las maneras de su interpretación.

El hecho de dar primacía a los problemas filosóficos, no a las construcciones mentales, provocó que tanto Hartmann como Ortega sucumbiesen en su época a la fascinación por la fenomenología, que, como leemos en uno de los ensayos orteguianos: «no fue para nosotros una filosofía: fue... una buena suerte »9. No era una filosofía, ya que le faltaba la aspiración al sistema. Era más bien un regalo del destino, ya que en ella descubrieron el carácter abierto y las herramientas que permitían superar el error idealista y volver del reino de la conciencia pura al mundo de las cosas en sí mismas10. Este regreso les llevó al realismo crítico, que ←14 | 15→ambos consideraban como la posición más exigente y conforme con la aspiración fundamental de la filosofía, es decir, la aspiración a la verdad.

Por realismo crítico entendemos aquí una forma de pensamiento sobre la que el filósofo polaco Stanisław Judycki escribió:

«es un nombre colectivo para esas posiciones que realmente tienen en consideración los problemas formulados por la crítica de la razón de Kant, pero que se niegan a deducir de ella unas consecuencias tan restrictivas e idealistas, o bien aceptan estas consecuencias solo en un alcance limitado. En la práctica del pensamiento filosófico esto significa que se habla de realismo crítico en los casos en los que como resultado de tener en consideración el carácter fenomenológico de algo determinado y como resultado de diferentes ←15 | 16→tipos de análisis epistemológicos se aspira a encontrar alguna forma de acceso a aquello que existe «en sí mismo», al ser, y por lo tanto cuando el objetivo de la filosofía es algún tipo de síntesis de la epistemología y la ontología (metafísica)»11.

El intento de esta unificación era la aspiración de Hartmann y Ortega. Este primero consideraba los problemas epistemológicos y metodológicos como pertenecientes y consolidados en la metafísica. El segundo, a su vez, buscaba para la teoría del conocimiento y la teoría del ser una raíz más profunda que ellas mismas, encontrando en esta realidad radical y absoluta la vida individual de la persona (la vida de cada cual).

La transición del idealismo de Marburgo y a continuación del fenomenológico hasta el realismo crítico no tuvo, ni en el caso de Hartmann ni en el de Ortega, un carácter revolucionario, sino evolutivo. No fue el fruto de una iluminación, sino de un trabajo intenso, de estudios sistemáticos, de reflexiones, que a menudo confrontaban por escrito, siguiendo cada uno de ellos su propio camino individual.

Hartmann se dedicó a los estudios filosóficos puros. Ortega, por su parte, repartía su tiempo entre la filosofía y la actividad sociopolítica. Estaba muy comprometido con el proyecto de creación de una nueva España, lo que en primer lugar significaba luchar contra el arcaico sistema de la Restauración y a continuación actuar por el establecimiento de la Segunda República Española12. Esto dejó huella en la filosofía de Ortega. Mientras que Hartmann exponía sus ideas en forma de tratados, artículos científicos y extensas obras literarias, Ortega publicaba sus reflexiones en la prensa diaria, en forma de textos divulgativos filosóficos. Mantenía además un estilo de ensayo, en el que alcanzó tal nivel de perfección que sin duda puede ser considerado uno de sus mayores maestros del siglo XX.

Este estilo de ensayo de la filosofía de Ortega, así como su compromiso social y político, fueron a la vez una limitación para la total realización de su potencial ←16 | 17→filosófico. Hicieron que para las generaciones posteriores se convirtiera en gran medida en un periodista, un comentador, un observador, más que en un filósofo en el sentido académico de esta palabra. También contribuyeron a que después del año 1912 este interrumpiese durante muchos años sus relaciones intelectuales con la mayoría de sus amigos alemanes, temiendo no ser entendido y aceptado por estos13. Posiblemente por ese motivo no cumplió la promesa hecha en una carta a Natorp, que estaba interesado en colaborar con Ortega y le garantizó su apoyo para sus eventuales publicaciones científicas en Alemania14. Puede que por ese mismo motivo y a medida que pasaba el tiempo respondiese cada vez con menos frecuencia a las cartas de sus compañeros de Marburgo, incluyendo a las cartas de Hartmann, que a pesar del bloqueo por parte de su amigo español no dejó de exhortarlo a colaborar en el campo de los estudios filosóficos. Hartmann emprendió el último de estos intentos en el año 1921, en una carta enviada a Ortega en la que pretendía romper su silencio y enviarle su última publicación, Grundzüge einer Metaphisik der Erkenntnis15.

Por lo que se ha podido determinar hasta ahora, esta carta de Hartmann, al igual que varias de las anteriores, quedaron sin respuesta por parte de Ortega. Como resultado, en el año 1921 terminó el diálogo por correspondencia entre estos dos filósofos. Más de una década después, es decir, en los años treinta, el autor español intentó renovar su relación con los compañeros de Marburgo. Pudo ←17 | 18→entonces establecer contacto con Heimsoeth16, al que invitó a dar unas conferencias en la Universidad Central de Madrid, donde desde el año 1910 ocupaba la Cátedra de Metafísica, así como en la Universidad de Barcelona17. Por desgracia, la Guerra Civil Española, que estalló en el año 1936, cambió diametralmente no solo los planes científicos de Ortega, sino toda su vida. Tuvo que permanecer en el exilio durante largos años y tras su regreso al país en el año 1945, en la realidad de la dictadura del general Franco con la que se encontró, no había para él un lugar en ninguna de las universidades españolas18. Como resultado comenzó a viajar cada vez más. Fue invitado a conferencias, entre otros lugares, en Francia, Italia, los Países Bajos, los Estados Unidos y Gran Bretaña. También viajó varias veces a Alemania. Así mismo, recibió una invitación de Heimsoeth al aniversario de Hartmann en Gotinga19. Por desgracia, precisamente en ese momento se encontraba en una conferencia en Aspen, lo que le impidió encontrarse con su antiguo amigo20. Cuando ya estaba preparado para visitarlo recibió la triste ←18 | 19→noticia de su muerte en un trágico accidente. Poco después él mismo tuvo conocimiento de que sufría una enfermedad incurable, con la que finalmente perdió la batalla en mayo del año 1955.

El hecho de que en un determinado momento de su vida Ortega, por motivos no del todo conocidos y entendidos, tomase la decisión de suspender los contactos con los filósofos alemanes, incluyendo a Hartmann, no quiere decir que dejase de seguir su actividad filosófica. De su ininterrumpido interés dan fe los trabajos de los marburgueses que se encuentran en biblioteca privada, con subrayados y notas, incluyendo a: Cohen, Natorp, Hartmann, Heimsoeth y Cassirer. Sin embargo, filosóficamente hablando, quien permaneció más cercano a Ortega fue Hartmann, a cuyos proyectos hizo referencia en sus conferencias y también, aunque con bastante menos frecuencia, en sus trabajos publicados. Le interesaba especialmente el proyecto de Hartmann de superar el idealismo, también el fenomenológico, así como sus reflexiones sobre biología, ética, estética e historia de la filosofía. Además, para Ortega era importante e inspiradora la interpretación de los clásicos de la filosofía propuesta por Hartmann, especialmente la de Hegel, que en gran medida le inspiró para llevar a cabo un nuevo análisis de la realidad radical de la vida y descubrir su carácter histórico21.

A pesar del papel crucial que desempeñó Hartmann en la vida filosófica de Ortega, el problema de sus relaciones mutuas sigue sin estar resuelto. Es una gran laguna que deja su marca en las interpretaciones de ambas posiciones. Eso se hace especialmente visible en el contexto del pensamiento de Ortega, al que no pocas veces se le niega el valor de la sistematicidad, e incluso del carácter ←19 | 20→filosófico. Por ese motivo uno de los objetivos del presente trabajo es defender la tesis del carácter sistemático de la filosofía de Ortega mediante la confrontación de esta con un pensamiento cuyo carácter filosófico y sistemático no es posible cuestionar, a saber, el pensamiento de Hartmann. Se trata de superar las interpretaciones que, pretendiendo mantener la originalidad y la «caprichosidad» de la posición del pensador español, marginan al mismo tiempo los estudios de sus fuentes filosóficas. La filosofía de Ortega estudiada fuera del panorama filosófico de su época, ante todo fuera del panorama alemán, pierde sus raíces. Por lo tanto se debe destacar claramente que, desde un punto de vista filosófico, el autor español se debe incluir en la corriente de la ontología crítica y la metafísica, característica de la filosofía alemana de la primera mitad del siglo XX y representada, en toda su complejidad, por figuras tales como: Hartmann, Heimsoeth, Karl Jaspers o Martin Heidegger22. El propio Ortega destacó en numerosas ocasiones su pertenencia a esta generación filosófica que, aunque surgió directamente del neokantismo y chocó en cierto momento con la fenomenología, se ocupó de la importante tarea de crear una filosofía más allá de las posiciones: una filosofía más allá del idealismo y del realismo.

Details

Pages
250
Year
2023
ISBN (PDF)
9783631899328
ISBN (ePUB)
9783631899335
ISBN (Hardcover)
9783631898888
DOI
10.3726/b20748
Language
Spanish; Castilian
Publication date
2023 (May)
Published
Berlin, Bern, Bruxelles, New York, Oxford, Warszawa, Wien, 2023.

Biographical notes

Dorota Leszczyna (Author)

La autora Dorota Leszczyna es Profesora Titular de la Universidad de Wrocław, Doctora habilitada en Ciencias Humanas (Filosofía) por la Universidad de Torun´ y Doctora en Ciencias Políticas por la Universidad de Alicante. Desde 2011 es miembro del Departamento de la Filosofía Moderna en el Instituto de Filosofía de la Universidad de Wrocław. Ganó la Beca del Ministro de Ciencia y Educación Superior de Polonia para jóvenes investigadores destacados en el ámbito internacional durante el periodo 2015-2018.

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